El presidente egipcio, Mohamed Mursi, declaró el domingo el estado de emergencia durante un mes en tres ciudades en el Canal de Suez, que han sido el centro de la violencia contra el gobierno que ha dejado decenas de personas muertas durante los últimos cuatro días.
Siete personas murieron debido a disparos y cientos resultaron heridas en Port Said el domingo durante los funerales de 33 manifestantes que fallecieron durante el fin de semana.
Un total de 49 personas ha muerto en las manifestaciones que han ocurrido en todo el país desde el jueves y los opositores de Mursi convocaron a nuevas protestas el lunes.
“¡Abajo, abajo Mursi, abajo, abajo el régimen que nos mata y nos tortura!”, gritaba la gente en Port Said mientras los ataúdes de quienes murieron el sábado eran llevados por las calles.
En un discurso transmitido por televisión, Mursi dijo que se aplicaría un toque de queda nocturno en Port Said, Ismailia y Suez, a partir de la tarde del lunes. También convocó a un diálogo nacional con importantes políticos. Cerca de 200 personas protestaron en Ismailia después del anuncio.
“La protección de la nación es la responsabilidad de todos. Nosotros enfrentaremos cualquier amenaza a su seguridad con fuerza y firmeza dentro de la competencia de la ley”, dijo el presidente, agregando que ofrecía sus condolencias a las familias de quienes murieron en las ciudades.
En El Cairo, el recientemente designado ministro del Interior Mohamed Ibrahim fue expulsado del funeral de uno de los agentes de policía que falleció durante los enfrentamientos del sábado en Port Said, según testigos y fuentes de la policía.
Un oficial de la policía en el funeral dijo que muchos de sus colegas culpan al ministro de Interior por las muertes de al menos dos agentes durante los enfrentamientos del sábado debido a que no permitió que portaran armas y sólo se les entregó bombas lacrimógenas.
La televisión estatal dijo que siete personas murieron el domingo debido a heridas provocadas por disparos. El jefe de los hospitales de Port Said, Abdel Rahman Farag, dijo a Reuters que más de 400 personas habían sufrido debido a la inhalación del gas lacrimógeno, mientras que 38 fueron heridas por disparos.
Los disparos fueron la causa de muerte principal de los 33 fallecidos del sábado, cuando residentes salieron a las calles después de que una corte condenó a muerte a 21 personas, la mayoría del puerto del Mar Mediterráneo, por su participación en una violenta tragedia en un estadio de fútbol el año pasado.
Una fuente militar dijo que muchas personas en Port Said, que se encuentra cerca de la cada vez más anárquica Península del Sinaí, poseen armas debido a que no confían en las autoridades par que las protejan. Sin embargo, no estaba claro quién está detrás de las muertes y los heridos.
En El Cairo, la policía lanzó gas lacrimógeno contra decenas de manifestantes armados con piedras y bombas Molotov en el cuarto día de enfrentamientos por lo que personas de la capital y otras ciudades llaman una apropiación del poder por parte de islamistas dos años después de que Hosni Mubarak fue derrocado.
En la ciudad de Ismailia, que se encuentra en el canal de Suez entre las ciudades de Suez y Port Said, la policía también lanzó gas lacrimógeno contra manifestantes que atacaban una estación policíaca con bombas Molotov y piedras, según testigos y fuentes de seguridad en el lugar.
Los manifestantes acusan a Mursi, elegido en junio con el apoyo de los Hermanos Musulmanes, de haber traicionado los objetivos de la revuelta. La mayoría de las muertes desde el jueves ocurrieron en Port Said y Suez, donde se ha desplegado el Ejército.
La violencia está entorpeciendo los esfuerzos de Mursi por recuperar una economía en crisis y revertir el desplome de la moneda egipcia. La polarización y la falta de seguridad que asuela Egipto pone en entredicho las elecciones parlamentarias que tienen previsto celebrarse en abril.
También ha puesto de manifiesto una profunda grieta en la nación. Los liberales y otros opositores acusan a Mursi de no cumplir las promesas económicas ni ser el presidente de todos los egipcios. Sus partidarios dicen que sus críticos no respetan la democracia que ha dado a Egipto su primer líder elegido libremente.
Fuente: Reuters