Dreamers, desencantados de la política

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Contra lo que se suponía, los inmigrantes jóvenes sin estatus legal, conocidos coloquialmente como Dreamers, no apoyan masivamente al Partido Demócrata. De hecho, un poco más de la mitad declaran no tener afiliación política alguna y menos de tipo partidista

 

Por Julia Preston/ The New York Times

Sólo cerca de la mitad de los inmigrantes jóvenes criados en Estados Unidos sin estatus legal se identifican con el Partido Demócrata, mientras que casi la mitad se dicen independientes o tienen alguna otra afiliación no partidista, de acuerdo con un estudio publicado ayer.

Los hallazgos contradicen las percepciones de que los inmigrantes jóvenes, conocidos como “dreamers”, favorecen abrumadoramente a los demócratas, sugiriendo que sus opiniones políticas se forjarán por el progreso que en Washington se haga sobre la reforma inmigratoria que podría facilitar una vía hacia la ciudadanía.

El estudio también revela escepticismo entre la población de menor edad en torno a los partidos políticos, si bien éste es mayor hacia los republicanos. De acuerdo con la investigación, aproximadamente cuatro de cada 10 se sentía más cerca del Partido Demócrata en base a las posiciones del mismo respecto a la inmigración. Cuatro de cada 10 inmigrantes jóvenes dijeron no poder apoyar a los demócratas “mientras no se promulgue la reforma migratoria”.

El estudio realizado a nivel nacional se basa en uno de los sondeos más grandes que han tenido lugar a la fecha entre jóvenes que se encuentren ilegalmente en el país, entre los cuales ha sido difícil hacer muestras debido a su condición migratoria. Los resultados se basan en las respuestas de mil 472 inmigrantes a encuestas efectuadas a finales del 2013 y principios del presente año.

La investigación estuvo dirigida por Tom K. Wong, profesor de ciencias políticas en la Universidad de California en San Diego. Se hizo por encargo de Filantropía sin Límites, fundación que financia grupos defensores de los derechos de los inmigrantes y refugiados, así como del grupo activista Red Unidos Soñamos.

El estudio se llevó a cabo mediante Internet, recurriendo a anuncios en Facebook para obtener respuestas. Los autores exhortan a tener cautela al hacer generalizaciones a partir de los resultados, “dadas las limitaciones en el procedimiento para recabar la muestra”.

Pero los hallazgos relativos a las posturas políticas de los jóvenes resultan significativos debido a que a pesar de que ninguno es capaz de votar, puesto que no son ciudadanos, han mostrado poder tener impacto en los hispanos que sí votan.

Como grupo, los jóvenes son políticamente activos, de acuerdo con la investigación, con cuatro de cada 10 habiendo asistido a algún mítin o manifestación, a comparación del seis por ciento de los encuestado en el 2012 durante el Estudio sobre las Elecciones Nacionales Americanas, un sondeo nacional. Casi la mitad de los encuestados en el estudio de inmigrantes dijeron haber participado en campañas para movilizar a electores durante el 2012, con casi tres cuartas partes respaldando la reelección del presidente Barack Obama.

En dicha contienda, las posturas de los inmigrantes jóvenes y los electores hispanos se inclinaron debido al popularísimo programa de postergación en las deportaciones que el presidente anunció en junio del 2012 para los inmigrantes que llegaron al país sin autorización siendo menores de edad. En el 2012, los hispanos apoyaron a Obama por encima del rival republicano de éste, Mitt Romney, por diferencia de 71 contra 21 por ciento.

Sin embargo, a partir de entonces los jóvenes, y los hispanos en general, se han vuelto más cautelosos respecto a los demócratas, muestran varias encuestas, pues las leyes inmigratorias se han estancado en Washington y la administración se acerca a la cifra récord de dos millones de deportaciones.

En el estudio, casi las tres cuartas partes de los inmigrantes de menor edad dijeron que apoyar a futuro a los demócratas dependería de si dicho partido trabajaba por “abordar el tema de la separación de las familias a raíz de la deportación”.

La investigación se da mientras los inmigrantes jóvenes se preparan a fin de renovar sus postergaciones de la deportación, las cuales son documentos temporales, incluyendo números del Seguro Social y permisos de trabajo, con validez sólo por dos años. Cerca de nueve de cada 10 jóvenes que contestaron el sondeo habían recibido postergaciones, y dijeron que gracias a ello su situación financiera había mejorado. Casi el 75 por ciento de los jóvenes manifestaron haber conseguido su primer empleo o haberse cambiado a un nuevo trabajo desde que obtuvieron las postergaciones.

Los participantes radicaban en 42 estados distintos y en el Distrito Columbia. Aunque el estudio fue por comisión de grupos que apoyan en forma activa reformas integrales, resulta útil debido a ofrecer un raro vistazo a la demografía y los antecedentes inmigratorios de los inmigrantes jóvenes.

A pesar de que entre los encuestados se incluyó gente nacida en 60 países distintos, nueve de cada 10 dijeron ser hispanos y aproximadamente tres cuartas partes eran originarios de un solo país: México. Como grupo, contaban con un nivel de escolaridad relativamente alto, pues cerca del 75 por ciento tenían cierto grado de estudios universitarios. Ligeramente más de las dos terceras partes de los entrevistados dijeron que su educación se había demorado debido a su estatus.

Tanto el ingreso de ellos como el de sus familias eran generalmente bajos, pues las tres cuartas partes reportaron percepciones anuales menores a los 25 mil dólares y solo uno de cada cinco reportaron suficientes ingresos como para cubrir las cuentas y los gastos mensuales.

Poco más de la mitad de los inmigrantes llegaron a Estados Unidos cuando tenían siete años o menos. Alrededor de las dos terceras partes ingresaron en forma ilegal, y cerca de un tercio arribaron con visas legales, sobre todo de turistas, y permanecieron aquí una vez vencidas éstas.

En un hallazgo que contribuye a arrojar luz sobre las exigencias políticas actuales de las organizaciones de jóvenes indocumentados, por lo menos el padre o la madre de la gran mayoría –más del 80 por ciento– de los entrevistados están aquí sin papeles legales. Al mismo tiempo, más de la mitad tienen hermanos que son ciudadanos estadounidenses y dos terceras partes cuentan con algún otro miembro de su familia que es ciudadano.

Fuente: The New York Times vía El Diario

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