Dos grupos del cártel del Golfo, uno afín a Homero Cárdenas Guillén, El Orejón y otro ligado a la célula que dejó Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, son la causa de la violencia que azota a la frontera de Tamaulipas con Estados Unidos.
Fuentes castrenses aseguraron que cada grupo intenta ahora, además del pleno liderazgo del cártel del Golfo, el control total de las aduanas para el trasiego de cocaína, el robo de combustible y el cobro de los derechos de piso.
En la disputa, además de Matamoros (primera plaza en la mira de ambos grupos) también están en juego el corredor Reynosa-Nuevo Laredo y el sur del Estado, principalmente la veta petrolera de Altamira, además de Victoria y Mier, donde el secuestro tiene asolados a los empresarios.
Esta significa la tercera fractura interna por la que atraviesa esa organización desde su escisión con Los Zetas en 2010 por el secuestro de Víctor Peña Mendoza, “El Concorde 3”, lugarteniente de Miguel Treviño Morales, entonces mariscal de Los Zetas.
La pelea entre ambos grupos se reavivó después por la muerte de Samuel Flores Borrego, “El Metro”, mano derecha de “El Coss”, encontrado muerto con huellas de tortura en 2011.
Inteligencia castrense indica que tras la captura de Treviño Morales en agosto de 2013 una mayoría del cártel del Golfo impuso a “El Orejón” como jerarca de la organización con el respaldo de su brazo armado “Los Ciclones de Matamoros”.
“Los Metros”, célula dentro del cártel fundada por Flores Borrego, se inconformaron con esa imposición y desde septiembre de 2013 cada grupo operó por su lado, unos en Matamoros y otros en Nuevo Laredo.
No obstante, Reynosa fue el punto de las batallas entre ambas bandas, ante la complacencia de Los Zetas, que también operan en esa región.
La guerra entre “Los Metros” y “Los Ciclones” se reavivó desde finales de 2014 y desde entonces, ni con la presencia de las fuerzas federales, se ha contenido la ola de ejecuciones.
De lograr el cártel del Golfo un liderazgo único, las fuentes federales advierten otra batalla, ahora con Los Zetas, por el control de Estado.
El Gobierno federal mantiene más de 3 mil militares y elementos de la Policía Federal en la frontera chica, cuyos patrullajes ya suman más de 15 enfrentamientos y una treintena de abatidos.
El 11 de enero, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, reconoció las complicaciones y los desafíos en el norte de Tamaulipas a pesar de la estrategia de seguridad.
“Se ha ido avanzando en unos lugares y en otros no como quisiéramos… en algunos lugares se ha avanzado de manera muy significativa y en otros, como en el caso de Matamoros, se han tenido complicaciones”, indicó.
La evaluación entonces se llevó a cabo 11 días después de que la frontera del Estado viviera un recrudecimiento de la violencia con bloqueos por los enfrentamientos de células del cártel del Golfo.
Tamaulipas también tiene el problema con el aumento en el número de denuncias de secuestro, pues encabeza la lista nacional por el número de víctimas.
Según datos del secretariado ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en 2014 se reportaron mil 838 víctimas de plagio en todo el País.
De esa cifra, 563 correspondieron a Tamaulipas, es decir, el 30.63 por ciento de las víctimas de plagio.
Fuente: Reforma
