El magnate Donald Trump ganó este sábado las primarias republicanas en Carolina del Sur, un importante triunfo que puede alejarlo de sus rivales en la carrera hacia las presidenciales estadounidenses de noviembre, según varios medios norteamericanos.
Trump ganó este sábado las elecciones primarias de Carolina del Sur, las terceras en la carrera para designar al candidato conservador en las elecciones presidenciales de noviembre. La victoria del magnate inmobiliario, con una cómoda ventaja, le afianza como el favorito para hacerse con la nominación republicana.
Semana a semana, Trump demuestra que su fenómeno -levantado sobre el hartazgo con el establishment político y manifestado con una retórica populista- no es ni frágil ni temporal. Tras quedar segundo en Iowa y primero en New Hampshire, la victoria en Carolina del Sur del empresario neoyorquino, sin experiencia política, revela la transversalidad de su espectro de votantes.
Carolina del Sur es el primer Estado sureño que elige al candidato de cada partido. Es un termómetro. Desde 1980, solo un candidato que ha ganado las primarias no ha logrado la nominación republicana para las elecciones presidenciales. Y los resultados aquí pueden anticipar el respaldo futuro a un candidato en esta región: siete de los doce estados que votan el 1 de marzo son sureños.
Los primeros resultados en Carolina del Sur ya garantizaron la victoria de Trump. Con el 35% de los votos escrutados, el empresario cuenta con un 33,2% de los votos, seguido por los senadores Ted Cruz (22,1%) y Marco Rubio (21,6%). A mucha distancia, se sitúa el cuarto más votado: el exgobernador de Florida Jeb Bush (8,5%). Tras no quedar entre los tres primeros, Bush, hijo y hermano de expresidentes, anunció en un hotel de Columbia, la capital de Carolina del Sur, que suspende su campaña.
Los resultados consolidan la percepción de que la carrera republicana es cosa de tres: Trump, Cruz y Rubio. Cruz venció en Iowa y, como Trump, tiene un discurso insurgente que apela a las bases más conservadoras del partido. El tercer puesto de Rubio -tras quedar quinto en New Hampshire- le refuerza en su aspiración de erigirse en el candidato del establishment moderado, cada vez más inquieto ante el éxito del outsider Trump.