Tres meses después de que el gobierno de Enrique Peña Nieto intentó imponer al llamado “fiscal carnal”, y de que la oposición paró los trabajos legislativos en protesta, los diputados aprobaron finalmente, y por unanimidad, eliminar el pase automático de procurador general de la República a fiscal general de la Nación.
Con los 360 votos de los legisladores asistentes, la Cámara de Diputados aprobó derogar el artículo decimosexto transitorio del decreto por el que se reforman y adicionan diversas disposiciones de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Es decir, “evita que exista un fiscal carnal”.
A pesar de que se logró eliminar el pase automático, el PRI logró que aspirantes a ocupar el cargo y que tengan alguna filiación partidista puedan participar, hecho que fue reclamado por la oposición, en particular por Morena a través del diputado Rodrigo Abdalá Dartigues.
Al fundamentar el dictamen, el perredista y presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Guadalupe Acosta Naranjo, subrayó que, “para decirlo coloquialmente, se trata de la reforma que evita que exista un fiscal carnal, que haya pase automático del procurador general de la República a convertirse en el primer fiscal que nombre el Estado mexicano.”
Acosta Naranjo sostuvo que la eliminación del pase automático responde a “la sensibilidad” de la Cámara de Diputados “ante el reclamo de cientos de organizaciones ciudadanas que nos plantearon que era muy delicado que pudiera haber un pase automático”.
Lo cierto es que PAN, PRD y Movimiento Ciudadano tomaron la bandera de no al “fiscal carnal” y condicionaron el inicio del actual periodo ordinario de sesiones a la concesión del PRI para que ello fuera eliminado de la iniciativa.
Y así fue, el coordinador del PRI, César Camacho Quiroz, debió presentar una propuesta de reforma donde se eliminó el pase automático, ello como prueba de que cumpliría su palabra y no impondrían los priistas su mayoría.
Ese fue el primer triunfo del autollamado Frente Ciudadano por México que integran PAN, PRD y MC.
“Se ha decidido que dejemos de tener Procuraduría General de la República para tener una Fiscalía General autónoma, y era muy delicado que quien ocupara el cargo de procurador en ese momento pasara por ese solo hecho a ser el primer fiscal de la Nación.
“Con esta reforma ahora se garantiza que el Senado de la República tendrá que votar a dos terceras partes este nuevo nombramiento. Dos terceras partes que no tiene ningún grupo parlamentario ni ninguna coalición de partidos de las que hoy se han conformado en las Cámaras y, por lo tanto, el primer fiscal tendrá que tener un enorme consenso, tendrá que pasar por una evaluación pública y deberá reunir la legitimidad, así como el que los distintos grupos parlamentarios conformen una mayoría calificada para poder ocupar este cargo”, detalló Acosta Naranjo durante la fundamentación del dictamen.
Luego, reconoció a las organizaciones ciudadanas que “alertaron y evitaron que el Congreso consumara este error… desde un primer momento pusieron el dedo en la llaga sobre este delicadísimo tema que obligó incluso, en la instalación de este Congreso, de este periodo, a un conflicto entre partidos”.
A pesar de que la iniciativa fue avalada por unanimidad, hubo legisladores que presentaron su “extrañamiento” al dictamen, ya que finalmente no se pusieron candados para que quien aspire al cargo no tenga filiación partidista.
Rodrigo Abdalá, diputado por Morena, reclamó que el dictamen hubiera sido “rasurado” antes de ser votado en la comisión. Señaló que el documento que les entregaron para su discusión ya había sido modificado por la Junta Directiva de la comisión “un par de horas antes”.
“Esto nos obliga –dijo– a enfatizar que al PRI y sus aliados satélites les incomoda o les estorba que el nuevo fiscal general no haya ocupado la titularidad de la Procuraduría General de la República, así lo disponía el dictamen anterior, que establecía ese candado.”
“Al PRI y a sus partidos satélites les incomoda o les molesta que algún funcionario que hubiera ocupado la titularidad de alguna dependencia de la administración pública durante los cuatro años anteriores al proceso de designación, estuviera imposibilitado para ocupar el cargo de fiscal general.
“En pocas palabras, al PRI le molesta que no fuera uno de los suyos quien ocupe el cargo. Ya no habrá un fiscal carnal, pero el PRI y sus satélites se encargaron de que tengamos un fiscal carnal light.”
También explicó que sólo se consideró eliminar el artículo transitorio que permitía el pase automático, “pero no el contenido completo de las iniciativas”.
Se impidió, dijo, “establecer los controles constitucionales que eviten que cargos como los de la Fiscalía sean distribuidos como cuota entre los partidos, porque consideramos que este y todos los nombramientos en los órganos autónomos deben ser sujetos a la más amplia participación social, a la evaluación objetiva de la academia y de las organizaciones civiles.”
Antes, el presidente de la comisión dijo que la aprobación “era un primer paso”, pues el modelo de la Fiscalía “debe discutirse con mucha seriedad.”
Ahora corresponde al Senado, añadió Acosta Naranjo, hacer los cambios para que el nuevo fiscal pueda cumplir con sus responsabilidades. Ahí también hay propuestas de organizaciones especializadas en la materia, y por ello exhortó al Senado a atender esos reclamos.
Igual demandó al Senado que la minuta no quede en el cajón, que se procese en lo inmediato y se someta a la aprobación de los congresos locales.
Finalmente, la minuta fue enviada al Senado para su aprobación.
Fuente: Apro