La forma más recurrida para desacreditar sin fundamento son los comentarios malintencionados en Facebook, en Twitter o en los sitios web de una empresa. Cualquiera puede ser su víctima: empresas, políticos, celebridades, así como personas de a pie cuyas manifestaciones produzcan la reacción de la comunidad internauta. Contra esas prácticas ya existen asesores de reputación en la web.
Fuente: Deutsche Welle