La polémica presa construida dentro de los terrenos del rancho “Pozo Nuevo”, propiedad de la familia a del gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, fue destruida el pasado 18 de septiembre.
La versión oficial del gobierno del estado asegura que la estructura no aguantó un aumento en el nivel del agua tras el paso del huracán Odile, no obstante, diputados locales del PRI han acusado que la presa fue derrumbada por la familia del gobernador para evitar la investigación federal -aún en desarrollo- sobre su construcción.
La caída de la presa se reporta en un momento en el que las autoridades federales investigan la legalidad de su construcción, luego que el 8 de septiembre pasado los delegados federales de Conagua, Semarnat y Profepa en Sonora calificaran como ilegal la construcción de la represa.
Aunque Padrés intentó desconocer a los delegados federales a partir de esta decisión, el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), Miguel Ángel Osorio Chong, respaldó a los funcionarios y recordó al gobernador que es facultad del Ejecutivo Federal el nombramiento de los mismos.
El delegado de Conagua en Sonora, Carlos Lagarda acusó específicamene que no se encontró ningún expediente o solicitud para construir la presa, incumpliendo lo que establece la Ley de Aguas Nacionales, además de estimar en más de 3 millones de dólares lo gastado en su construcción.
El delegado de Semarnat coincidió afirmando no tener “ningún registro en la delegación, donde hayan solicitado un tipo de tramite para hacer ninguna obra de presa, ningún manifiesto de impacto ambiental que se requeriría en ese caso y un permiso de suelo.” Añadió que “un requisito es precisamente el manifiesto de impacto ambiental y en caso de proceder el cambio de uso de suelo”.
En respuesta, Padrés afirmó que los delegados de Conagua y Semarnat juzgaron como ilegal la presa sin antes pedir alguna explicación o documento y agregó que dadas sus características, esta obra no requería de los mencionados permisos y acusó que los funcionarios federales actuaron con un interés político.
Después de la polémica, el gobierno federal -a través de los titulares de Conagua y Profepa- anunció el 11 de septiembre que mantendrá una investigación sin tintes políticos sobre la legalidad de la obra. David Korenfeld, titular de Conagua, afirmó entonces que de no tener los permisos necesarios, se procedería a su demolición y la liberación del recurso.
Finalmente, el 12 de septiembre trascendió que desde dos días antes el mandatario de Sonora, Guillermo Padrés Elías, inició el desfogue de la presa privada que se ubica en el rancho “El Pozo Nuevo”, propiedad de su familia, hacia el río Bacanuchi, sin embargo, como han denunciado pobladores, el agua no se pueda aprovechar pues el lecho del afluente no ha sido limpiado de sedimentos y residuos tóxicos.
La versión oficial
Este domingo, la familia del gobernador Padrés invitó a varios reporteros a un recorrido en helicóptero sobre su rancho, buscando demostrar que las lluvias de Odile derrumbaron la pared de contención de la represa.
Héctor Jesús Padrés, hermano mayor del gobernador, afirmó que la presa se construyó para contener el avance del agua en temporada de lluvias.
Asimismo, el gobernador afirmó en Atando Cabos, de Radio Fórmula, que su familia le ha dado mantenimiento durante años, reforzándola con tierra y cemento, una versión que negaría una millonaria inversión como acusan algunos diputados del PRI, opositores de la tribu Yaqui y legisladores federales de izquierda.
De acuerdo con Padrés, la presa “es una obra de defensa”, la cual busca evitar que el agua vaya a las minas e inunde pueblos aledaños, además de afirmar que, de acuerdo con la versión oficial, la cortina de 25 metros de alto y 70 de ancho se derrumbó luego de una subida de 3 metros en los arroyos.
La acusación de diputados locales del PRI
La otra versión, postulada por diputados del PRI, afirma que la presa -construida hace 60 años- fue dinamitada por la familia Padrés para evitar una investigación sobre la legalidad de su construcción, así como una investigación por enriquecimiento a la familia, acusando una inversión por millones de pesos en la obra.
Humberto Robles Pompa, diputado local del PRI, comentó en Twitter que contaba con información e imágenes que demostraban que la presa de Padrés fue demolida por la propia familia del mandatario estatal.
Según el priista, la construcción que se encontraba en el rancho Pueblo Nuevo y para la que el gobernador no tenía permiso del gobierno federal implica una investigación relacionada a lavado de dinero: “eso es lo que los diputados del PAN no quieren que se trate en el congreso del estado, saben perfectamente lo que les vamos a preguntar ¿cuánto tiempo le llevó la construcción la presa? ¿Cuánto dinero se le invirtió? ¿Cuánto le pagaron y quien le pago? obviamente todas estas situaciones no quieren que se traten en el congreso”.
Especialistas han afirmado a Radio Fórmula que la del rancho Pozo Nuevo era una presa en forma, con una inversión de 170 millones de pesos.
De acuerdo con 24 Horas, varios sonorenses reportaron en Twitter una explosión la noche de este sábado cerca de la zona donde se encontraba la presa.
Fuente: Animal Político
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