Un mascarón de estuco que representaría al gobernante Pakal y una ofrenda fueron hallados en Palenque, anunció el director del INAH.
Como resultado de trabajos de exploración y conservación en la zona arqueológica de Palenque, en Chiapas, encabezada por el arqueólogo Arnoldo González Cruz -reconocido por su investigación en la tumba de la Reina Roja-, se descubrió una cabeza de estuco del célebre gobernante Pakal II, una nariguera ornamental y un túnel en la Casa C del conjunto arquitectónico del Palacio.
Se cree que la máscara podría representar los rasgos faciales de K’inich Janaab’ Pakal II (603-683 d.C.), gobernante de Palenque, que llevó a su señorío a ser uno de los más poderosos y opulentos de la zona del occidente maya desde el punto de vista político y militar.
El descubrimiento fue dado a conocer este día por Jorge Gutiérrez, subsecretario de Cultura; Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia; Carlos Morelos, presidente municipal de Palenque, y Carlos Suárez subsecretario de Cultura en dicha entidad.
La escultura con el rostro del gobernante maya, llamado también Pakal El Grande, se encontraba en la Casa E del conjunto arquitectónico de El Palacio, a un lado de un depósito ritual de cerámica y de fauna acuática, mientras se realizaban labores para atender problemas de acumulación de agua en el patio de dicho monumento.
El arqueólogo, quien lleva años trabajando en la zona, explicó que la máscara se distingue por una protuberancia en la boca, lo cual podría significar que representa a Pakal II en su etapa de vejez. Se sabe además que Pakal vivió hasta los 80 años y gobernó hasta su muerte:
“Cabe destacar que, a diferencia de otros sitios mayas donde las representaciones son genéricas, en Palenque muchos de los rasgos que vemos en pintura mural o tallas en piedra son reflejos fieles de personajes específicos”, dijo el arqueólogo Benito Vengas Durán, quien junto con Wenceslao Urbina Cruz participa también en el proyecto de investigación.
En la ofrenda que acompañaba el rostro de estuco se hallaron figurillas, tiestos cerámicos, huesos tallados, fragmentos de jadeíta, objetos de concha nácar, obsidiana y restos óseos de animales marinos como tortugas, peces, lagartos, tenazas de cangrejos, caracoles, además de aves. En tanto que en la Casa C se encontró la nariguera.
El INAH informó también que los trabajos forman parte de la primera etapa, iniciada en mayo pasado, de un proyecto integral de conservación que realiza el instituto con apoyo de la Embajada de Estados Unidos en México, a través del Fondo de Embajadores del Departamento de Estado para la Preservación Cultural (AFCP, por sus siglas en inglés), en el cual participa también la restauradora Haydeé Orea Magaña.
Durante el anuncio del hallazgo se informó también que, en 2019, se atenderán las casas B y D y, en 2020, la Casa A, igualmente con fondos del gobierno estadunidense. Iniciará también un monitoreo de la cámara funeraria de Pakal, considerada la más notable de Mesoamérica, con nuevas tecnologías, que podría permitir una visita virtual al lugar, “sin poner en riesgo este importante bien patrimonial”, dijo la restauradora.