Sacrificada de un tiro, descuartizada ante los visitantes y arrojada a los leones como comida. Este fue el destino de la jirafa Marius en un zoo de Dinamarca, que justificó la medida argumentando que era necesaria para evitar la consanguinidad.
Ni la recogida de cientos de miles de firmas por parte de varias organizaciones defensoras de animales, ni las ofertas de adopción de otros zoos y parques europeos, ni las ofertas de compra o la posibilidad de reintroducir el animal a la vida salvaje lograron impedir el sacrificio de la jirafa. El animal fue matado de un disparo en vez de una inyección letal para poder utilizar su carne para alimentar a otras especies del parque.
El macabro espectáculo ha desatado indignación en la sociedad, pero el vocero del zoológico de Copenhague, Stenbaek Bro, argumentó que el parque dio a los padres la oportunidad de decidir si los niños presenciaban o no la operación de despiece del animal.
“De hecho estoy orgulloso, porque creo que les dimos a los niños una gran enseñanza sobre la anatomía de una jirafa que no habrían visto en una foto”, dijo en entrevista telefónica con AP.
En el momento de explicar la decisión, Bengt Holst, director científico del zoológico, dijo que “debemos aceptar que hay un excedente de animales que no se pueden incluir en la cadena genética para no causar problemas de endogamia”.
Además, el zoo de Copenhague participa en un programa de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA), que dicta rígidas reglas sobre consanguinidad con el objetivo de mantener sanas las especies en el interior de los recintos, explicaron las autoridades oficiales.
La organización de defensa de los derechos de los animales de Suecia dijo que el caso pone de relieve qué hacen los zoológicos con los animales. “No es ningún secreto que los animales son asesinados cuando ya no hay espacio o si sus genes no son lo suficientemente interesantes”, dijo la organización en un comunicado.
Fuente: Actualidad RT