Desamparan medios a fotoperiodistas

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Ante la violencia extrema que se ha desatado en los últimos años en México, las mujeres fotoperiodistas deben trabajar con mayor valor y continuar defendiendo sus ideales de contribuir a la denuncia pública mediante la imagen.

Reunidas en un conversatorio –coordinado por la organización defensora de la libertad de expresión Artículo 19, las fotoperiodistas Lizeth Arauz, Patricia Aridjis, Mónica González y Consuelo Pagaza relataron la forma en la que han aprendido a trabajar frente a la violencia y en un ambiente aún marcado por estereotipos de género.

Coincidieron en que aunque la cantidad de mujeres fotógrafas en los diarios y medios de comunicación ha aumentado recientemente,  los varones todavía son mayoría; estimaron que por cada 10 hombres hay dos mujeres fotoperiodistas.

Por esa razón invitaron a las jóvenes que quieren dedicarse al fotoperiodismo a trabajar de manera independiente y con sus propios proyectos, sin importar si al mismo tiempo trabajan en el diarismo o para un medio en particular.

Lizeth Arauz, quien se ha desempeñado como reportera gráfica por más de 13 años, consideró que mediante su trabajo muchas mujeres han logrado terminar con la idea de que “las niñas no pueden” y señaló que no existe un componente de género cuando se toman fotos: “Cuando miras una imagen es imposible que sepas si la tomó una mujer o un hombre, tenemos las mismas capacidades”.

En lo que coincidió Patricia Aridjis, y agregó que lo que ella ha detectado es que las fotógrafas tienen preferencia por algunos temas, especialmente relacionados con retratar la condición social de las mujeres o las trabajadoras, así como más sensibilidad para acercarse a víctimas o personas, pero no existe ninguna condición que defina que un hombre toma mejores fotos que las mujeres.

Consuelo Pagaza dijo que lo que sí existe es una tendencia a pensar en las mujeres como “más débiles”, o “menos capaces” de correr o enfrentarse en las condiciones que lo ameritan, por eso muchas de las reporteras gráficas son enviadas a cubrir los eventos de sociales o espectáculos.

“Pero existimos muchas que hemos demostrado que somos capaces de cubrir marchas e incluso narcotráfico u otras situaciones de violencia”, aclaró.

Por otro lado señalaron que a partir del sexenio de Felipe Calderón la violencia en México se ha vuelto cada vez más brutal y eso ha impactado en el trabajo de las y los fotógrafos.

“Generalmente formamos una especie de valla entre las demás personas o reporteros y cuando algo sale mal o hay violencia, las y los fotoperiodistas somos los primeros en recibir los golpes o en padecer las consecuencias”, observó Arauz.

De acuerdo con Pagaza, “las fotógrafas y las mujeres periodistas que están al frente de coberturas de alto riesgo están solas”, pues es muy difícil que las empresas las respalden cuando hay algún evento violento, y el riesgo es mayor para quienes trabajan de manera independiente.

“Afortunadamente entre las y los compañeros hemos creado un código que no está escrito y es cuidarnos entre nosotros”, destacó.

Al resaltar que el fotoperiodismo juega un papel fundamental en la denuncia social y el retrato de las condiciones de la sociedad, las reporteras gráficas llamaron a sus compañeras y a las jóvenes a no abandonar sus convicciones y trabajar en lo que les gusta con todo el respeto y amor que se merece la fotografía.

De acuerdo con el informe “Impunidad. Violencia contra Mujeres Periodistas”, elaborado por Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), de los 86 casos de violencia contra mujeres periodistas entre 2012 y 2013, el 15.1 por ciento correspondió a fotoperiodistas.

Fuente: CIMAC Noticias

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