El gobierno de Sebastián Piñera desplegó este jueves en Chile centenares de policías para desalojar las decenas de colegios tomados por alumnos que demandan educación gratuita y de calidad desde 2011.
“El gobierno se había comprometido a agotar el diálogo”, lamentó en medio de los enfrentamientos la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, de oposición.
La operación, que esta semana la autoridad evaluó ordenar al Ejército, ocurrió días antes de las elecciones primarias de este domingo, en las que los liceos deben funcionar como locales de votación.
Los operativos policiales se iniciaron antes del amanecer. Uno de los desalojos más violentos ocurrió en el liceo de niñas Carmela Carvajal, donde 16 estudiantes fueron apresadas delante de sus familiares, en vigilia ante el colegio.
Pedido de Bachelet
Esta semana, la ex mandataria socialista Michelle Bachelet, favorita para las primarias presidenciales en la oposición, pidió al gobierno “evitar un baño de sangre” y no usar a los militares en los desalojos.
Sus palabras fueron calificadas de “inoportunas” por el gobierno y el presidente Piñera sostuvo que no se dejaría “subyugar por delincuentes”.
La crisis estudiantil y social, que generó miles de protestas desde 2011 según cifras oficiales, atraviesa todo el debate electoral.
En Chile, sólo un 36 por ciento de la educación escolar es provista por el Estado. Las universidades públicas cobran en tanto miles de dólares a las familias para que estudien sus hijos.
El problema en el sector de la educación, que este miércoles convocó otra jornada de protestas, está ligado a la desigual distribución de la riqueza en el país.
El uno por ciento de las familias más ricas acapara un tercio de todos los ingresos, según cifras del Servicio de Impuestos Internos.
Fuente: Deutwsche Welle
