En un operativo policiaco la madrugada de este sábado, los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) fueron desalojados del plantón que mantenían en la Plaza Santo Domingo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
Al filo de las tres de la mañana integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que permanecían en plantón en la Ciudad de México fueron desalojados por elementos de la Policía Federal con apoyo de la policía capitalina, y esta vez los docentes que protestaban por la reforma educativa fueron trasladados a sus lugares de origen en decenas de autobuses que contrató la Secretaría de Gobernación.
Maestros que permanecieron en el plantón durante el operativo destacaron que poco después de las 02:00 horas, arribaron cientos de elementos de al policía federal que “nos encapsularon y comenzaron a bloquearse los accesos de las calles aledañas. Ubicaron más de una decena de autobuses frente a la sede de la Secretaría de Educación Pública y la Iglesia de Santo Domingo. Era una presencia masiva de uniformados con la o tensión de intimidarnos”.
A las 03:29 horas salieron de la plaza de Santo Domingo los primeros seis autobuses con maestros del estado de Guerrero y una parte del contingente de Chiapas. La caravana avanzó por la calle de Belisario Dominguez, escoltada por policías capitalino y federales. Casi una hora después, salieron otros cuatro autobuses con docentes de Chiapas.
Silvia López, maestra de la sección 9 de la Ciudad de México, indicó que “en todo momento obligaron a subir a los autobuses, y los maestros accedieron bajo protesta, pues se solicitó que personal de derechos humanos diera fe de las condiciones en que se estaban llevando a los compañeros”.
Sin embargo, funcionarios del gobierno federal que acompañaron a los cientos de agentes federales que cercaron las calles de Brasil, Venezuela, Chile y Cuba, así como los accesos a Palma, Belisario Domínguez y Donceles, afirmaron que “con diálogo, los profesores fueron convencidos de levantar su campamento instalado en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro de la Ciudad de México, y aceptaron subir a los autobuses para que los llevaran a sus lugares de origen”.
En tanto los policías capitalinos montaron un cerco desde el Eje Central hasta Brasil y 5 de mayo para impedir —si lo pretendían, tratar de apostarse en el Zócalo. Las calles fueron cerradas para el tránsito vehicular y peatonal, mientras los agentes federales “dialogaban y convencían” a los profesores de levantar su campamento, el cual habían instalado al filo del medio día del viernes, luego de que la madrugada de ayer fueron desalojados de inmediaciones de la Secretaría de Gobernación.
Los profesores disidentes de la CNTE informaron que elementos de al Policía Federal encapsularon el plantón “y nos dieron la orden de que teníamos 20 minutos para desplazar y subir a los autobuses donde pretenden trasladarnos a nuestras entidades de origen”.
Señalaron que poco después de las dos de la mañana, un mando de la Policía Federal, quien se identificó como el comandante Mendoza, “lanzó el ultimátum para que desalojáramos y subiéramos todas las cosas a los autobuses que están señalados por entidades: Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guerrero y el Estado de México”.
Los docentes inconformes manifestaron su temor “no sabemos a dónde nos quieren llevar y porque implementaron todo un cerco alrededor del plantón para que ninguno de los compañeros pueda moverse del lugar”.
Cientos de elementos de al policía capitalina fueron desplegados en las inmediaciones de la Plaza de Santo Domingo, lo que impide el paso a medios de comunicación, e incluso vecinos de la zona y turistas que pretendían llegar a sus hogares y hoteles aledaños a la Secretaría de Educación Pública.
Maestros de Chiapas y Oaxaca que se mantienen en el plantón señalaron que “solicitamos dos horas para desmontar el campamento, pero insisten en que subamos nuestras pertenencia, e incluso advirtieron que algunos de nosotros tenemos órdenes de aprehensión, pero que la Secretaría de Gobernación había determinado trasladarnos a nuestros estados de origen”.
Antes de las cuatro de la mañana el campamento había sido levantado y los docentes subían alas unidades de transporte turístico contratados por la Secretaría de Gobernación. Cada unidad fue escoltada por motocicletas de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México y de la policías federal hasta que salieron de la capital del país.
Fuente: La Jornada