Como ocurrió en el Malecón de Tajamar en Cancún, ambientalistas de Cozumel denunciaron que se planea un ecocidio de graves consecuencias en una área natural protegida del Municipio.
Se trata de un proyecto carretero de cuatro kilómetros de largo y 12 metros de ancho promovido por el Ayuntamiento sobre la Isla la Pasión, un paraje paradisiaco donde de acuerdo con Guadalupe Álvarez Chulim, presidenta de la asociación civil Cielo, Tierra y Mar (Citymar), se planea un proyecto hotelero.
“El meollo de todo esto es que quieren hacer un hotel en la Isla de la Pasión”, alertó Álvarez Chulim.
Según la ambientalista, dicha obra pondría en riesgo ecosistemas lagunares en donde predominan el manglar rojo, el de tipo botoncillo blanco y negro, así como especies de mapache enano, cocodrilo, aves y cangrejo azul, que tiene en ese sitio su único hogar de reproducción.
Para trasladarse al borde del litoral más próximo en tierra firme se transita actualmente por una vía de terracería que data de hace 100 años, la cual pretenden pavimentar.
El pasado 22 de enero, el Alcalde de Cozumel Fredy Efrén Marrufo Martín informó sobre el proyecto de modernización del camino que incluirá una ciclopista.
La obra, en la que se invertirán 90 millones de pesos todavía no tiene fecha de arranque.
Según un decreto del Área Natural Protegida de Flora y Fauna (APFF) de 2012 y un Programa de Manejo de 2015, se prohíbe la construcción de nuevos caminos y la ampliación de los existentes en la zona.
La ambientalista y otros inconformes acusaron del posible desastre ecológico al biólogo Francisco Ricardo Gómez Lozano, director regional Península de Yucatán y del Caribe de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Y es que el 26 de diciembre de 2014, el funcionario solicitó a la delegación de la Semarnat en Quintana Roo autorización para el “Mejoramiento del camino de acceso a la Laguna Ciega en Cozumel”, que alberga a la Isla de la Pasión.
En su “Aviso de no requerimiento en materia de impacto ambiental”, el representante de Conanp confirmó que de las tres etapas que conformarían las obra, la segunda y la tercera estarían dentro de la APFF.
En su resolutivo del 19 de enero de 2015, cuya copia está en poder de Reforma, la Semarnat refirió que en esta franja del núcleo terrestre de la APFF no se debe provocar incremento alguno en el nivel de impacto o riesgo ambiental.
“El presente oficio no ampara la remoción de vegetación, cambio de uso de suelo, construcción o instalación de infraestructura diferente a lo mencionado en el considerando (que detalla los trabajos)”, acotó.
Sin embargo, para los opositores al proyecto, esta obra dejará graves daños ecológicos en la zona.
“De llevar a cabo esta destrucción será de consecuencias irreversibles. A mí lo que me preocupa es que de noche mandan cortar (devastar) todo esto”, acusó Álvarez Chulim.
Fuente: Reforma