Dos sujetos irrumpieron en el domicilio del reportero de La Jornada, Emir Olivares, quien forma parte del Programa de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos desde junio de 2017.
De acuerdo con una nota publicada en el sitio web del periódico capitalino, alrededor de las 12:00 horas un par de sujetos irrumpieron en el domicilio del periodista, “revisaron algunas de sus pertenencias y luego de huir al ser confrontados en el interior de la vivienda, le llamaron y le aseguraron que alguien pagó un millón de pesos por matarlo por haber realizado un trabajo en la UNAM”.
De acuerdo con La Jornada, presuntamente los agresores aprovecharon que el acceso principal estaba abierto por una mudanza que se llevaba a cabo, y luego de ingresar al inmueble, aparentemente considerando que no había nadie en el domicilio, abrieron la puerta con ganzúas y comenzaron a revisar las pertenencias del informador.
Dos sujetos entraron al domicilio de Emir Olivares, quien está adscrito al Programa de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos. @CNDH @SEGOB_mx https://t.co/z8Wd043Qps
— La Jornada (@lajornadaonline) December 6, 2019
“El reportero estaba terminando de bañarse cuando sorprendió a los agresores y tras encararlos huyeron. Momentos después le llamaron a los números telefónicos tanto de su domicilio y celular, identificándolo por su nombre, y le dijo quién llamaba, que él y sus hombres habían sido contratados para dañarlo”, refiere el diario.
“Me pagaron un millón de pesos para matarlo. ¿Qué quiere que haga? O lo mato o usted me dobla la cantidad”, le habrían dicho.
“En cuanto valora su bonita familia“, dijo el hombre que llamó y le dijo que sabía dónde trabaja, qué asuntos publica y por qué había sido amenazado en 2017, añade el medio.
La nota refiere que le llamaron para exigirle una suma millonaria para no asesinarlo.
De acuerdo con La Jornada, testigos del telefonema, entre ellos dos escoltas que le son proporcionados por el mecanismo de protección a periodistas, “escucharon quién le llamó y le dijo que le habían pagado un millón de pesos por asesinarlo, era por haberse metido con gente de la UNAM en uno de sus trabajos”.
Fuente: Apro