Trump lanzó una andana de tuits el lunes por la mañana contra su partido, las mujeres que lo han acusado de acoso sexual, la prensa y el vicepresidente Joe Biden.
La andanada defensiva, que interrumpió una jornada relativamente calma en la campaña, se produjo en momentos que los republicanos están bajo presión para rechazar las afirmaciones de su candidato de que las elecciones están “amañadas” a favor de Clinton. Existen temores crecientes de que la retórica infundada del candidato atente contra la confianza pública en las elecciones y conduzca a enfrentamientos si pierde.
El compañero de fórmula de Trump, Mike Pence, declaró el domingo que el Partido Republicano “aceptará totalmente los resultados de las elecciones”, pero Trump replicó al hombre al que eligió para acompañarlo como vicepresidente.
“¡Por supuesto que hay fraude electoral en gran escala el día de las elecciones y antes! ¿Por qué niegan los dirigentes republicanos lo que sucede? ¡Qué ingenuos!”, tuiteó el lunes.
No hay pruebas que respalden la denuncia de fraude electoral generalizado. Un estudio de un profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Loyola halló que entre 1.000 millones de votos en todas las elecciones estadounidenses entre 2000 y 2014, se conocieron apenas 31 casos de fraude.
Pence y otros republicanos han tratado de argumentar que Trump trata de decir que la prensa se inclina a favor de los demócratas, sobre todo al publicar denuncias de mujeres de que Trump las asaltó sexualmente.
Trump respondió a las mujeres en uno de sus tuits el lunes: “¡Increíble que estas historias totalmente falsas, 100% inventadas por mujeres (muchas ya demostradas falsas) y difundidas por la prensa tengan impacto!”
En otro tuit, Trump enlazó un videomontaje en el que Biden saluda y abraza a mujeres en varios eventos. Nadie ha acusado al demócrata de conducta sexual impropia, pero sí han llamado la atención sus abrazos prolongados o torpes a mujeres.
Algunos conservadores acérrimos se han visto en la necesidad de refutar las declaraciones del candidato.
“No me parece constructivo hacer de esto un tema de campaña”, dijo el representante Steve King en CNN. El derechista de Iowa dijo que si bien comparte los temores de Trump sobre el fraude electoral, reconoce que las denuncias del candidato son “parcialmente infundadas”.
“No quiero decir nada en este programa que reste legitimidad a nuestra elección”, dijo King.
“Las elecciones están absolutamente amañadas por los medios distorsionados y mentirosos que impulsan a la deshonesta Hillary, pero también en muchos puntos de votación — TRISTE”, tuiteó el candidato republicano más tarde el domingo.
Buena parte de la tarea de control de daños recayó en Pence, gobernador de Indiana y que trata de apoyar al volátil Trump sin dañar sus propias posibilidades de alcanzar la presidencia. El domingo, eso implicó distanciarse del candidato sobre la legitimidad de las elecciones del 8 de noviembre, después de que Trump retomara el sábado su afirmación sobre que el FBI debería haber presentado cargos contra Hillary Clinton por emplear un servidor privado de correo electrónico.
“Hillary Clinton debería haber sido procesada y debería estar en prisión. En cambio, se presenta a la presidencia en lo que parecen unas elecciones amañadas”, tuiteó Trump el sábado a sus 12 millones de seguidores.
Por su parte, Pence dijo el domingo: “Aceptaremos la voluntad del pueblo estadounidense. Pueden apostar a que sí”.
Amenazar con encarcelar a un rival político y alimentar la desconfianza del público sobre unas elecciones —para explicar su derrota, si se produce— es una ruptura drástica con la fe en la democracia estadounidense. El empresario de bienes raíces ha reiterado, sin ofrecer pruebas, que el fraude electoral es un problema serio y alentado a sus seguidores, mayoritariamente blancos, a “ir y vigilar” los centros de votación en algunas zonas para asegurarse de que las cosas marchan correctamente.
Trump está teniendo problemas para desviar la atención de las crecientes acusaciones sobre que agredió sexualmente a mujeres en formas similares al comportamiento que describió en una conversación grabada en video, que se difundió hace poco.
Eso deja a Pence en una posición en la que debe poner distancia entre él y el hombre que lidera su candidatura.
Por ejemplo, Trump ha respondido a las acusaciones de abusos sexuales diciendo que algunas de sus acusadoras no son lo bastante atractivas como para que él las agreda, y describiendo todas las acusaciones como “mentiras”.
Pero el domingo, Pence declinó hacer esa clase de ataques.
“Yo no diría nada para denostar a cualquier mujer que crea haber tenido una experiencia como esta”, dijo en NBC, añadiendo que cree a Trump cuando desmiente las acusaciones.
En otro tema, se preguntó a Pence si está de acuerdo con unos comentarios de Trump el sábado, en los que afirmó que Clinton estaba drogada durante el segundo debate y pedía una prueba de drogas antes del tercer y último debate, que se celebra el miércoles.
“Todo lo que sé con certeza es que Donald Trump estará preparado para el debate del miércoles por la noche”, respondió Pence.
A diferencia de Trump, Pence admitió el domingo que las pruebas apuntan a que Rusia estuvo detrás del ataque informático contra el sistema demócrata de correo electrónico. “Creo que hay cada vez más pruebas que implican a Rusia y debería haber consecuencias graves”.
Pence apareció en los programas “Meet the Press” de NBC y “Fox News Sunday”. Giuliani acudió a “State of the Union”, en CNN.
La periodista de The Associated Press Laurie Kellman en Washington contribuyó a este despacho.
Fuente: AP