Por Ana Muñoz*
Ser solidario puede que te lleve a la cárcel en España. Si la reforma del Código Penal sigue adelante, ayudar a una persona que esté en situación irregular en este país será considerado un delito. El artículo 318 bis del anteproyecto de reforma iguala conductas como el tráfico de personas con prácticas humanitarias y de solidaridad. Aunque el Gobierno y los defensores de esta reforma explican que nadie será condenado por ayudar a personas vulnerables, lo cierto es que la decisión quedaría en manos del juez. ONG y asociaciones de la sociedad civil plantan cara y piden que la solidaridad no se convierta en delito.
Mientras todo esto pasa, cada día hay imágenes de personas que tratan de llegar a España, sobre todo desde África. Personas que arriesgan su vida, que se lanzan en una patera o una barca de playa para cruzar los 14 kilómetros que separan una vida de pobreza con la ilusión de una vida mejor. Otros se esconden en las partes más increíbles de los coches. Y muchos otros se dejan la vida en el camino.
Hoy España vive inmersa en una grave crisis. Ya no es la España donde corría el dinero y había muchas oportunidades de trabajo. Hay más de seis millones de personas sin empleo, según la Encuesta de Población Activa, y el mercado laboral se ha llenado de ofertas precarias. La crisis, además, se ha cebado con las personas que inmigrantes que vieron como su vida prosperaba. Tenían un empleo, se compraban una casa, sus hijos llevaban el último modelo de deportivas… Muchos de esos inmigrantes son hoy desahuciados por no poder pagar la hipoteca de su casa y otros muchos deciden volver a sus países de origen.
Viejos enunciados, como “vienen a quitarnos el trabajo” o “el trabajo primero para los españoles”, han vuelto a las conversaciones de muchos españoles. Y si no fuera suficiente con el aumento de pensamientos racistas, el Ministerio de Justicia plantea una Reforma del Código Penal donde “se señala al inmigrante irregular como causante de delitos”, explican desde la organización Málaga Acoge.
Criminalizar al vulnerable, al que nada tiene… no lleva a la solución del problema sino a agravarlo. Mamadou o Youssouf pronto pueden dejar de tener un techo. Ellos fueron acogidos por familias que conmovidas por su situación abrieron las puertas de su hogar para ayudarles. Si la reforma del Código Penal sigue adelante, ese acto de hospitalidad puede ser considerado delito y ambos tendrán que dejar sus hogares para vivir no se sabe dónde. Como estas familias, hay otras personas que ayudan a otros seres humanos con alimentos, con ropa, que les ayudan a regularizar su situación… ¿Son estos gestos actos negativos para la sociedad?
Muchos son los que creen que no. Más de 30 organizaciones, 13 ayuntamientos y al menos la región de Aragón rechazan esa reforma y piden al Ministerio de Justica que rectifique.
Los inmigrantes se encuentran en una situación de indefensión y las administraciones no deberían abrir más debate y conflicto social. Las personas que emigran dejan su hogar, su familia, su país… para buscar una oportunidad de futuro, de una vida mejor para ellos y su familia. Miles de personas ven cómo en los países ricos, sus privilegiados ciudadanos, derrochan alimentos, tienen grandes coches y compran “lujosas” casas. La realidad es algo diferente a la que presentan los comerciales de la televisión, pero los inmigrantes arriesgan sus vidas cada día en busca del sueño de Occidente.
* Ana Muñoz Álvarez. Periodista
Twitter: @anaismunoz
Fuente: Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), España.
Twitter: @CCS_Solidarios