(O de la actuación de Televisa en el caso Cassez)
Por Jenaro Villamil
Durante más de seis horas continuas, ForoTV sólo tuvo un tema noticioso en la jornada del miércoles 23 de enero: el caso de Florence Cassez.
Este canal metropolitano de Televisa, destinado a la información y análisis, transmitió prácticamente completa la sesión de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia donde tres de los cinco ministros decidieron la liberación de la francesa por violaciones al “debido proceso” y donde todos condenaron el montaje del 9 de diciembre de 2005.
ForoTV destinó unidades móviles, reporteros y camarógrafos para tener la “imagen exclusiva” de la francesa que fue liberada y trasladada en la tarde del penal femenil de Tepepan al aeropuerto internacional de la Ciudad de México para tomar el vuelo 439 de Air France.
Intencional o no, a Televisa le dieron una sopa de su propio chocolate. Sus camarógrafos siguieron obsesivamente a una camioneta roja, donde presuntamente se hallaba la otrora “peligrosa secuestradora”. Resultó que era un señuelo. Cassez viajaba en una camioneta blanca que formaba parte del convoy.
“Ojalá que no nos vuelvan a tratar de engañar con otra estrategia”, se quejó el conductor Óscar Hernández cuando tuvo que admitir el error de transmitir la camioneta equivocada. Sólo faltó que dijera que se trataba de un “montaje” de liberación de la francesa.
¿Por qué el interés súbito y obsesivo de Televisa en un caso donde ellos fueron juez, parte y cómplices de una estratagema típica de los tiempos de Genaro García Luna, desde que el súper policía estuvo al frente de la Agencia Federal de Investigaciones y luego como titular durante un sexenio de la Secretaría de Seguridad Pública?
Parte de la respuesta la dio Carlos Loret de Mola, conductor de Primero Noticias, el pasado lunes 21 de enero. Serio, formal, el más joven de los conductores estelares de Televisa le dedicó más de ocho minutos a reconstruir el caso Cassez, pero, sobre todo, a lavar la cara de la empresa televisiva y la suya propia. Loret condujo el mismo noticiero del 9 de diciembre de 2005 cuando se dio a conocer la detención “en vivo y en directo” de los integrantes de la banda de secuestradores Los Zodiaco.
“El 9 de diciembre de 2005 nos tocó transmitir la información de la captura (de Florence Cassez), que luego supimos se trató de un montaje. A la ciudadana francesa la habían detenido un día antes y la autoridad fingió y simuló un operativo como si estuviera sucediendo en vivo”, afirmó Loret en su alegato inicial.
El montaje “implicó una sacudida”, dijo el conductor. “Yo no me di cuenta de este montaje, no me di cuenta de esta trampa. No me di cuenta del engaño”, afirmó Loret.
Y vino la parte heroica: Loret de Mola relató que la primera en “detectar” y darse cuenta del telemontaje fue la propia Televisa. El 5 de febrero de 2006 “fue Televisa justamente el primer medio que dio a conocer el montaje”, presumió.
¿Por qué pedir disculpas siete años después? ¿Por qué hacerse a los sorprendidos cuando las “recreaciones” judiciales de liberados, delincuentes detenidos y casos de “nota roja” se volvieron una práctica común durante los años de García Luna al frente de la AFI y de la SSP?
Loret y Televisa simplemente ignoran los detalles del escándalo del telemontaje. Desde el 20 de diciembre de 2005, José Antonio Sánchez Ortega, consejero ciudadano de Seguridad y Justicia Penal, acusó a García Luna de proteger a las verdaderas bandas de criminales y le recriminó que “armen showcitos que se transmiten en vivo por televisión, para tratar de contrarrestar las críticas a esta corporación” (la AFI).
“Yo lo único que pido es que se investigue ahí el señalamiento y que los shows mediáticos con lo de (Rubén Omar) Romano y la francesa que tenía secuestradas a tres personas pareciera que son parte de las cartas que él saca para presentarse como el campeón de la justicia”, afirmó Sánchez Ortega.
El polémico abogado se refería a la transmisión “en vivo” de la liberación del director técnico del Cruz Azul, Rubén Omar Romano, ocurrido una semana antes de la transmisión del caso de Florence Cassez, de Israel Vallarta y de la Banda del Zodiaco.
La liberación de Romano fue una “exclusiva” de TV Azteca. Televisa exigió un caso tan espectacular, según relataron los mismos involucrados en el caso Cassez. Y el 9 de diciembre de 2005 ocurrió la “recreación”. Al parecer, el acuerdo fue con el vicepresidente de noticas nacionales, Amador Narcia, el mismo personaje que salió mencionado en el escándalo de la caravana de las camionetas detenida en Nicaragua.
No se puede pasar por alto que apenas ocho días antes del caso Florence Cassez, la Cámara de Diputados aprobó en menos de 10 minutos y por unanimidad de todas las fracciones parlamentarias la polémica minuta de reformas que después se conocieron como la Ley Televisa. Ninguna fuerza política se atrevía a desafiar los caprichos de Televisa.
La Queja de Pablo Reinah
Cuando Televisa y la AFI admitieron el “montaje”, frente a las quejas de los abogados y de la familia de Cassez, optaron por culpar y despedir al reportero Pablo Reinah, quien transmitió en vivo la detención de la francesa y le hizo preguntas a ella y a Israel Vallarta.
Reinah se inconformó con la decisión. El 13 de febrero de 2006 interpuso una queja ante el programa de protección a periodistas de la CNDH. En la parte medular de su querella, el reportero afirma:
“Como es de su conocimiento público, yo, en mi calidad de reportero, estuve presente en este operativo mismo que transmití para el noticiero Primero Noticias de la empresa Televisa, por lo que rechazo categóricamente haber tenido conocimiento o haber sido avisado de que ese operativo era una recreación”.
Reinah hace un escueto relato de los hechos. El 9 de diciembre fue avisado a las 4:30 am, vía celular, por el director de operaciones de la AFI, Luis Cárdenas, sobre un caso relacionado con la liberación de personas secuestradas.
“Después de consultarlo con el titular del noticiero Primero Noticas (Carlos Loret de Mola), se tomó la decisión de que me trasladara al lugar para realizar la cobertura.
“Mientras esperábamos el momento de entrar al aire, los representantes de la AFI nos informaron, a un servidor y al equipo de Televisión Azteca, que se trataba de la detención de dos secuestradores, uno de ellos una mujer de origen francés, y de la liberación de tres secuestrados.
“A partir de entonces nos permitieron realizar todas las entrevistas que consideráramos necesarias y nos facilitaron recorrer gran parte del lugar. Así lo hicimos hasta las nueve de la mañana que terminó el noticiero.
“Rechazo categóricamente haber tenido conocimiento o haber sido avisado de que ese operativo era una recreación… Por ello, por mi familia, por la justicia y mi buen nombre reitero que nunca, en ningún momento, a nombre propio ni de Televisa, solicité, pacté o participé en un montaje.
“En ningún momento solapé, coordiné o gestioné ninguna acción que tuviera que ver con el desempeño de los elementos de la AFI”.
El alegato de Reinah simplemente fue ignorado por Televisa. Ya lo habían despedido. El 2 de marzo de 2007, un año después de interpuesta la queja, la CNDH resuelve la queja por la vía de la conciliación y le pide a la AFI que admita que “no se precisó que la detención de las personas ocurrió antes de su llegada y, por lo tanto, no se le proporcionó información completa, objetiva y veraz”.
Los continuos montajes y “recreaciones”
A pesar del escándalo generado por el caso Cassez, ni Genaro García Luna, ni las dos grandes televisoras, en especial Televisa, modificaron la política de transmitir “recreaciones” o exhibir a los presuntos culpables de delincuencia organizada como si fueran criminales confesos. Al contrario, esta práctica se agravó durante todo el sexenio de Felipe Calderón.
De eso se han olvidado Televisa, Loret de Mola y hasta el conductor estelar del noticiero de Canal 2, Joaquín López Dóriga. Reconstruyen el caso Cassez, admiten las contradicciones en que han incurrido las presuntas víctimas, pero olvidan señalar que la empresa consintió y se benefició de esas “recreaciones” de García Luna a lo largo de todo el sexenio de Felipe Calderón.
El lavado de cara se volvió inevitable con el final del sexenio calderonista, pero también es una advertencia para el gobierno de Peña Nieto. Con Televisa no hay alianzas, sólo intereses. www.homozapping.com.mx