Danzantes mexicanos lograron imponer Récord Guinness de la danza ceremonial mexicana más grande del mundo, con la participación de 260 personas con atuendos prehispánicos.
Este domingo, cientos de personas se dieron cita en un predio aledaño a la puerta dos de la zona arqueológica de este lugar y se alistaron con sus atuendos, huehuétl, teponaztli, ocarina, atecocolli, entre otras vestimentas prehispánicas, sin utilizar ni una prenda de vestir moderna.
Con el propósito de imponer un nuevo récord mundial, los danzantes portando atuendos prehispánicos participaron en la danza ceremonial mexicana en las inmediaciones de la zona arqueológica de Teotihucán, buscando romper el Récord Guinnes de la danza antigua ceremonial mexicana más grande del mundo.
en #Teotihuacán se realizó la Danza Ceremonial Mexicana más grande del mundo, logrando un nuevo Récord Guinness pic.twitter.com/7AlCt8vehV
— Cinthya Marín (@cinxmarin) July 17, 2016
A los participantes se les permitió el ingreso a un terreno habilitado con círculos y solo portando instrumentos prehispánicos sin que se utilizara alguna prenda moderna.
Carlos Martínez, representante de la oficina del Guinness World Record, informó que se impuso el primer Récord en la materia y a partir del día de hoy quienes intenten romperlo tendrán que superar dicha cifra.
Durante los preparativos, se contó con 21 visores que son expertos en danzas mexicanas, así como dos personas de la Unesco, expertas en el área, dijo Carlos Martínez.
Puntualizó que para imponer un Récord Guinness se necesitan cumplir diversas reglas como es portar la vestimenta tradicional azteca y en esta ocasión, había muchas personas que no completaban con el atuendo por lo que no fueron aceptadas y el número de participantes disminuyó.
Otro de los requisitos fue la danza, que bailaran de la manera adecuada porque hubo algunos participantes que se fueron descontando porque no se sabían bien los pasos durante los 20 minutos que duró el ritual, agregó.
En la zona se dieron cita miles de visitantes para observar y disfrutar del espectáculo.
Fuente: El Sol