La campaña para prohibir las armas nucleares a nivel internacional (ICAN, por sus siglas en inglés) ha obtenido el Premio Nobel de la Paz 2017. ICAN está formada por un conglomerado de organizaciones no gubernamentales de unos 100 países.
Con este Nobel, ha explicado el comité noruego, se pretende “instar a los Estados nucleares a que inicien las negociaciones para la eliminación gradual en el mundo de 15.000 armas nucleares”. En este sentido se ha escogido a ICAN por alertar de “las catastróficas consecuencias humanitarias” de esos arsenales y por sus esfuerzos para lograr un tratado que los prohíba.
ICAN se ha esforzado por “estigmatizar, prohibir y eliminar” las armas nucleares
Esta coalición de asociaciones que se extiende por unos cien países ha sido una “fuerza motriz” y un “actor líder de la sociedad civil” del movimiento contra las armas nucleares y ha galvanizado esfuerzos para “estigmatizar, prohibir y eliminar” este tipo de armamento, apunta la argumentación del premio.
El Comité subrayó, como “importante argumento” para la prohibición de las armas, el “inaceptable sufrimiento humano” que provocan y destacó que otros tipos de armamento menos destructivo como las minas antipersonas, bombas de racimo y las armas químicas y biológicas ya han sido prohibidas por distintos tratados.
Beatrice Fihn, directora ejecutiva del ICAN, y al coordinador Daniel Hogsta celebran el Premio Nobel de la Paz 2017 desde Ginebra (Denis Balibouse / Reuters)
El Nobel destacó que el 7 de julio de este año 122 países firmaron un tratado internacional contra la proliferación nuclear, pero lamentó que ni “los países que tienen armas nucleares ni sus aliados” lo han ratificado, aunque EE.UU., Rusia, Reino Unido, Francia y China han dado un primer paso en este sentido.
Este premio, agregó el fallo, es “también un llamamiento” a estos países para que inicien “negociaciones serias” para la eliminación de las “15.000 armas nucleares que hay en todo el mundo”.
El acuerdo nuclear iraní, los “cascos blancos” sirios, el papa Francisco y la Unión para las Libertades Civiles en América (ACLU) eran algunos de los nombres que sonaban en las quinielas para el Nobel de la Paz de este año, que se ha fallado este viernes por la mañana en Oslo.
Como ya sucedió en 2016, el Nobel de la Paz hace una apuesta para consolidar aquello que está en entredicho. En Colombia el referéndum sobre el acuerdo de paz no obtuvo respaldo y fue galardonado Santos. La distinción de este año llega en medio de tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte por sus pruebas nucleares y las críticas de Trump al acuerdo con Irán.
El Premio Nobel de la Paz, como viene siendo tradición, es el único de los seis Nobel que se otorga y entrega fuera de Suecia, siguiendo el expreso deseo de Alfred Nobel. Con este galardón se busca siempre reconocer a los que contribuyen con el hermanamiento de los pueblos, a la eliminación o reducción de armamento e impulsar la paz en el mundo.
La entrega de los premios tendrá lugar el 10 de diciembre, el aniversario de la muerte del fundador de los galardones, Alfred Nobel, en una doble ceremonia en el Ayuntamiento de Oslo, donde se entrega el de la Paz, y en el Konserthus de Estocolmo, para el resto de los galardones.
Fuente: La Vanguardia/ Agencias