Boris Johnson, primer ministro británico, abandonó este domingo el hospital de St. Thomas luego de ser recluido en ese nosocomio el pasado 5 de abril por los síntomas que presentaba de coronavirus.
“Siguiendo el consejo de su equipo médico, el primer ministro no regresará de inmediato al trabajo. Desea agradecer a todos en St. Thomas por la brillante atención que ha recibido”, dijo un portavoz del primer ministro al respecto.
Boris Johnson aseguró que le debe la vida al Servicio Nacional de Salud que lo atendió tras contraer el COVID-19, en momentos en que se prevé que Gran Bretaña supere las diez mil muertes cuando se den a conocer las cifras relacionadas con el virus.
“No les puedo agradecer lo suficiente”, comentó Boris Johnson en su primera declaración pública desde que fue retirado de terapia intensiva el jueves por la noche. “Les debo la vida”, agregó.
Johnson, de 55 años, fue diagnosticado con el virus el pasado 29 de marzo, convirtiéndose en el primer líder mundial en contagiarse con la enfermedad. Al inicio, sus síntomas de coronavirus eran considerados leves, con tos y fiebre, y trabajó desde casa durante los primeros días, pero fue ingresado al hospital luego de que su condición empeoró. Al día siguiente fue transferido a la unidad de terapia intensiva, donde recibió oxígeno, pero no fue conectado a un respirador. Pasó tres noches en la unidad, antes de regresar al ala normal del hospital.
Mientras está convaleciente, Johnson ha pedido al secretario de Exteriores Dominic Raab que maneje la respuesta de la nación a la pandemia que hasta este domingo ha infectado a por lo menos 1.78 millones de personas a nivel internacional, con 109 mil decesos. Los expertos informaron que esas cifras subestiman seriamente el impacto de la pandemia, debido a la cantidad limitada de pruebas de COVID-19 y las distintas formas de contar a los muertos.
El gobierno conservador de Johnson ha sido criticado por su lenta respuesta para enfrentar la pandemia, así como la falta de equipo de protección personal para los trabajadores médicos y la lenta implementación de un programa para realizar pruebas de coronavirus. Un funcionario médico importante arremetió contra el gobierno por no actuar lo suficientemente rápido.
Gran Bretaña ha estado en aislamiento desde el 23 de marzo y se tiene previsto que el gobierno amplíe las restricciones la próxima semana.
Se pronostica que las cifras que se darán a conocer este domingo más tarde muestren que más de diez mil personas en Gran Bretaña han fallecido tras haber dado positivo al nuevo coronavirus. Eso haría que el país sea el cuarto país europeo, detrás de Italia, España y Francia, en alcanzar esa sombría marca, incluso con sus pruebas limitadas.
Con información de AP*