Cuauhtémoc Blanco elimina el Paso Exprés, “obra estrella” de Peña Nieto

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El gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, gestionó con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) la eliminación del Paso Exprés, calificado por el entonces presidente, Enrique Peña Nieto, como una de las obras estrella de su sexenio.

Esta semana, trabajadores de Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe), comenzaron a retirar las barras de contención que separaban los cuatro carriles centrales, reservados para los usuarios de la Autopista del Sol, de los seis laterales destinados al tráfico de Cuernavaca.

De acuerdo con la anterior administración, el Paso Exprés permitiría reducir de 30 a 10 minutos el tiempo necesario para cruzar Cuernavaca, pues los automovilistas evitarían el tráfico de la ciudad.

Así, el recorrido de la Ciudad de México a Acapulco se reduciría a tres horas y 15 minutos, según presumió Peña Nieto durante la inauguración de la obra, en abril de 2017.

En 48 horas, empleados de Capufe han retirado cuatro kilómetros de muros de contención del sentido norte-sur. Al terminar el trabajo, que tomará varias semanas, los automovilistas podrán utilizar los 10 carriles del tramo de 14.5 kilómetros.

La gestión del gobierno de Blanco Bravo logró que el gobierno federal accediera a retirar las barreras de contención. En un principio, la delegación de la SCT rechazó la petición, pero dado que el gobierno estatal amenazó con litigar la administración del libramiento, tuvieron que acceder.

Sobrecostos y accidentes

La construcción del Paso Exprés Tlahuica estuvo plagada de retrasos, accidentes, protestas por tala de árboles y el aumento en el costo de la obra, que inicialmente se previó en mil 200 millones de pesos, pero terminó en dos mil 200 millones.

Aunque primero se planteó como un segundo piso, luego se decidió por la ampliación a diez carriles. Los cuatro centrales se destinaron al “tránsito de paso”, para ser usados por los automovilistas van a Acapulco o a la Ciudad de México, pasando de largo Cuernavaca, y los seis laterales restantes se abrieron a la circulación de los automovilistas locales que utilizan la vía cotidianamente como una especie de periférico que permite ir del norte al sur de Cuernavaca.

Fue una promesa de campaña del priista Enrique Peña Nieto y del perredista Graco Ramírez en 2012. La obra se licitó en noviembre de 2014 y en el concurso participaron 29 grupos constructores.

El 24 de noviembre de ese año, la SCT anunció la adjudicación de la obra al consorcio Construcciones Aldesem, de la española Aldesa, y Epccor Construcción, de capital mexicano.

El contrato se otorgó por un monto de mil 45 millones 857 mil pesos, pero debió duplicarse al término de la obra, hasta alcanzar una inversión de 2 mil 200 millones de pesos.

Además, al principio establecía 730 días naturales para terminarse, a partir del 29 de noviembre de 2014 y “a más tardar” el 28 de noviembre de 2016, abarcando los ejercicios fiscales de 2014, 2015 y 2016.

Sin embargo, la obra fue inaugurada hasta el 5 de abril de este año, 128 días después del plazo establecido y sin concluir.

Peña Nieto acudió a la inauguración y presumió la obra como una de las estrellas de su sexenio, junto a un sonriente Graco, que incluso financió los espectaculares que todavía el miércoles agradecían al presidente por el Paso Exprés.

Tres meses después de su inauguración, la mañana del 12 de julio, se abrió un socavón y dos personas que cayeron en él perdieron la vida.

Además, 98 días después de inaugurada, la mala planeación del drenaje provocó que la obra colapsara, aunque las autoridades culparon a las lluvias “atípicas”.

Fuente: Apro

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