El ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen, contrario a la inmigración, es el favorito en la segunda y decisiva ronda de las elecciones regionales de Francia del domingo, y ahora depende de los votantes el dar a una formación considerada paria en su día una victoria política sin precedentes.
Le Pen vive un buen momento de popularidad tras los ataques extremistas de París y la crisis migratoria que enfrenta Europa, y el partido quedó primero en seis de las 13 reconfiguradas regiones galas en la primera vuelta de hace una semana. Pero las encuestas sugieren que podría fracasar en su intento de convertir estos apoyos en una victoria definitiva en el balotaje.
Según los primeros datos oficiales, la participación era casi un 1% mayor que en las últimas elecciones regionales. Un 19,59% del electorado había depositado su voto hasta mediodía, según cifras del Ministerio del Interior. Por otra parte, la participación en esta segunda ronda era la misma que la registrada hace cinco años, el 18,57%.
El una vez poderoso Partido Socialista, que actualmente controla todas las regiones menos una, quedó tercero en la primera ronda y se retiró de comicios clave con la esperanza de evitar que el Frente Nacional alcance el poder. La formación del ex presidente Nicolas Sarkozy logró una fuerte segunda posición, y parece que obtendrá importantes triunfos en la elección definitiva del domingo.
Lograr el control de alguna región sería un logro sin precedentes y una gran impulso para el Frente Nacional – y especialmente para las aspiraciones presidenciales de Le Pen para 2017.
Le Pen votó en la ciudad de Hennin-Beaumont, en el norte el país, el domingo, mientras que el presidente socialista, François Hollande, depositó su papeleta en un centro de votación en Tulle, un bastión de su partido en el centro de Francia.
Le Pen y su sobrina lograron importantes ventajas en las carreras que disputan en el norte de Francia y en la región que incluye la Provenza y la Riviera francesa, respectivamente.
Pero Le Pen se enfrenta a una dura competencia en la segunda ronda frente al ex ministro de Trabajo conservador Xavier Bertrand en Nord-Pas de Calais-Picardie, en el norte del país. Su sobrina Marion Marechal-Le Pen tiene ante sí una situación similar en Provence-Alpes-Cote d’Azur, en el sur, frente al alcalde de Niza, Claude Estrosi, también conservador.
La campaña electoral ha sido especialmente dura. Le Pen dijo de Bertrand que era “el ministro del desempleo”. El respondió diciendo que ella era “la candidata de la confrontación permanente”.
En la primera ronda del pasado 6 de diciembre, casi el 50% del electorado se abstuvo y esta podría ser la clave para el resultado del balotaje. Todas las formaciones han intentado animar a los votantes a acudir a las urnas.
El primer ministro del país, el socialista Manuel Valls, utilizó tácticas de miedo. En una entrevista con la radio France Inter, calificó al Frente Nacional de “fraude” que “engaña a los franceses”.
El resultado en la región de París, ahora controlada por la izquierda, sigue sin estar claro. Valerie Pecresse, ministra durante el mandato del conservador Sarkozy libra una ajustada batalla con el presidente del parlamento, el socialista Claude Bartolone.
Fuente: AP