Crisis sobre crisis en Portugal

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La renuncia del canciller Paulo Portas, la segunda en el seno del Ejecutivo portugués en apenas 24 horas, dejó en el aire el apoyo del Centro Democrático Social Partido Popular, que lidera Portas.

El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, anunció que intentará solucionar la crisis abierta en su gobierno de coalición conservadora sin dimitir ni aceptar la renuncia del ministro de Exteriores, Paulo Portas. La segunda dimisión en el seno del Ejecutivo portugués en apenas veinticuatro horas dejó en el aire el apoyo del Centro Democrático Social Partido Popular (CDSPP, democristiano), que lidera Portas y garantiza la mayoría parlamentaria absoluta de Passos Coelho. En un discurso al país, el premier, que lleva dos años en el poder, salió al paso de las peticiones de renuncia formuladas por toda la oposición y aseguró que se queda en el cargo.

Además, subrayó que sería precipitado aceptar el pedido de dimisión de Portas y decidió no transmitirla al jefe del Estado luso, el también conservador Aníbal Cavaco Silva. Passos Coelho cerró una jornada política de sobresaltos, que sorprendió a los portugueses con agrias críticas a la decisión de Portas y con la promesa de intentar aclarar la posición de su socio de coalición para garantizar la estabilidad del gobierno.

Sin embargo, Portas había difundido horas antes un comunicado en el que señalaba que su renuncia era irrevocable y provocada por la decisión no consensuada del premier de sustituir al también renunciante ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, junto a la hasta ayer secretaria del Tesoro, Maria Luís Albuquerque.

Portas, que se opuso a algunas de las últimas medidas de austeridad diseñadas por Gaspar, aspiraba a que su marcha permitiera abrir un nuevo ciclo en el Ejecutivo, algo que no considera posible con Albuquerque en esa cartera. En su discurso al país, Passos Coelho reprochó la posición de Portas y dijo que un gobierno de coalición con fuerte mayoría sólo puede ponerse en cuestión por divergencias de enorme gravedad. También manifestó su sorpresa por la impensable renuncia del ministro y la amenaza de inestabilidad política que esa salida del gobierno provoca.

Portugal tiene pendiente concretar una reforma del Estado para ahorrar 4700 millones de euros en los próximos dos años, que rechazan con firmeza tanto la oposición como también los sindicatos. Las nuevas medidas de austeridad son parte del programa de ajustes del rescate financiero de 78.000 millones de euros concedido por la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que esperan ser aprobadas en el transcurso de este mes.

En este sentido, Passos Coelho se mostró convencido de que es posible cumplir ese programa, aunque advirtió que una crisis de gobierno podría volver inútiles lo que consideró “sacrificios de los ciudadanos”, si bien se comprometió a no permitir un nuevo colapso económico, político y social en su país. Sin embargo, el líder del principal partido de la oposición, el socialista Antonio José Seguro, acusó al primer ministro de querer perpetuarse en el poder e insistió en pedir elecciones anticipadas para superar la crisis de gobierno.

Portas y los otros dos ministros de su partido escenificaron la ruptura en el Ejecutivo con su ausencia ayer en la toma de posesión de la nueva titular de Finanzas. Albuquerque, con un gobierno fracturado, asumió el ministerio que debe llevar adelante las próximas y polémicas medidas de austeridad y pilotear el regreso de Portugal, previsto este mismo año, a los mercados financieros. La hasta ahora secretaria del Tesoro no cuenta con la experiencia de su antecesor, consultor y funcionario de la Comisión y el Banco Central europeos, pero estuvo al frente del organismo responsable de las subastas de deuda que ya realizó con éxito Portugal.

El aumento de la confianza de los mercados hacia el bono luso, que a diez años de plazo llegó al 17 por ciento de interés y ayer estaba en torno del 6,6 por ciento, es para el Ejecutivo uno de los logros alcanzados a partir del rescate.

Sin embargo, la oposición culpa a las medidas de austeridad exigidas por esa ayuda externa de que se haya agravado la recesión y de que el desempleo haya subido hasta alcanzar el 18 por ciento. El Partido Socialista, que pidió el rescate antes de perder las elecciones anticipadas de 2011, encabeza ahora otra vez los sondeos de opinión y pide su renegociación y el fin de las políticas de austeridad.

“La dimisión de Portas significa que este gobierno llegó a su fin y que los portugueses deben ser llamados a escoger de nuevo”, subrayó Joao Ribeiro, dirigente del Partido Socialista (PS).

También reconoció que el delicado momento que atraviesa el país exige del PS “calma, sobriedad y sentido de Estado”. Desde el Partido Comunista (que cuenta con catorce diputados en el Parlamento) remarcaron la necesidad de que los ciudadanos vuelvan a decidir en las urnas justo cuando el actual gobierno acaba de alcanzar el Ecuador de su mandato de cuatro años. “La situación creada confirma que no hay más salida que la dimisión del gobierno y que la lucha de la población y los trabajadores condujo a este punto y debe dirigirnos a una política diferente”, defendió el líder del grupo parlamentario comunista, Bernardino Soares, en referencia a la huelga general del pasado jueves.

El coordinador del marxista Bloque de Izquierda (BE), Joao Semedo, exigió la disolución de la Cámara y la convocatoria de comicios legislativos, además de comparar lo ocurrido en el seno del Ejecutivo con el hundimiento del Titanic.

Fuente: Página12

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