Se consumó la partición de Ucrania. Dos acuerdos casi simultáneos firmados ayer en lados opuestos de Europa profundizaron la división entre Oriente y Occidente: mientras Rusia se anexó oficialmente a Crimea (territorio semiautónomo ucraniano), la Unión Europea acercó a Ucrania a su órbita con la firma de una acuerdo de asociación política
En este “nuevo orden posterior a la Guerra Fría”, como lo calificara el primer ministro ucraniano Arseni Yatseniuk, tropas ucranianas sitiadas en la Península de Crimea enfrentaban una opción definitiva: irse, unirse al Ejército ruso o desmovilizarse. Ucrania estuvo trabajando para evacuar a sus soldados en Crimea, superados en número por los soldados rusos, pero algunos dijeron que seguían a la espera de órdenes.
La incorporación de Crimea a Rusia le ha costado a Ucrania “cientos de miles de millones de dólares”, declaró Yatseniuk, citado por la agencia Interfax. Acusó a Rusia de haber “nacionalizado decenas de instalaciones pertenecientes al Estado ucraniano”.
Con el fuerte temor de enfrentamientos entre ambas partes o que Moscú ocupe más territorio ucraniano, el jefe de la ONU, Ban Ki-moon, llegó a la capital ucraniana de Kiev y llamó a la calma.
Todas las miradas estaban sobre el presidente ruso Vladimir Putin, quien saludó la integración de Crimea a Rusia y calificó el hecho de “algo memorable” antes de firmar la propuesta de ley en el Kremlin.
Crimea y el puerto de Sebastopol celebraron ayer la incorporación de la ahora ex península ucraniana a la Federación Rusa con salvas y fuegos artificiales. El espectáculo comenzó antes de la medianoche de forma simultánea en Moscú, Simferópol, capital de la nueva república rusa de Crimea, y Sebastopol, puerto crimeo que acoge la Flota rusa del Mar Negro.
Putin dijo que Rusia no tomaría más represalias por las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, un tono conciliatorio que parecía buscar el fin de una de las peores crisis en las relaciones de Rusia con Occidente desde el fin de la Guerra Fría.
Pero Rusia ya disparó el primer “misil económico”: el primer ministro Dmitri Medvédev informó a Putin que Kiev tiene una deuda con Moscú de 16 mil millones de dólares y opinó que Rusia no se puede permitir perder ese dinero.
Casi al mismo tiempo, en una ceremonia en Bruselas, el nuevo primer ministro de Ucrania empujó a su país hacia los brazos de Europa al firmar un acuerdo de asociación política con la Unión Europea. Fue el mismo acuerdo que detonó la crisis inicial en Ucrania, el que el entonces presidente Viktor Yanukovich se negó a firmar en noviembre, desatando meses de protestas que eventualmente ocasionaron su huida a Rusia.
Fuente: AP