Creó FCH centros de inteligencia con EU

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El gobierno del expresidente Felipe Calderón creó centros de fusión de inteligencia en el país con apoyo de Estados Unidos como parte de su estrategia para enfrentar el crimen organizado y en algunos de ellos también participaban agencias estadounidenses, dijo a The Associated Press Guillermo Valdés Castellanos, ex director del Cisen.

En una entrevista con el corresponsal de AP, Eduardo Castillo, el mismo funcionario negó tener conocimiento de la existencia de centros de inteligencia estadounidenses a los que no tenían acceso las autoridades mexicanas, según reveló un documento desclasificado del Pentágono.

Guillermo Valdés Castellanos, responsable de la agencia de inteligencia mexicana durante casi todo el gobierno del presidente Calderón, dijo que desde su oficina se trabajó en la construcción de esos centros de fusión a partir de las experiencias tanto de Estados Unidos como de Colombia.

Los estadounidenses, por ejemplo, “pasaban su experiencia y sus avances en esa materia”, comentó Valdés, titular del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) de enero de 2007 a septiembre de 2011.

Valdés habló con la AP con motivo de la reciente publicación de su libro Historia del narcotráfico en México, en el que asegura que no intentó defender la estrategia de seguridad del presidente Calderón (2006-2012), sino aportar elementos para tratar de entender la violencia explosiva del crimen organizado que a lo largo de esa administración causó al menos 70,000 muertos, de acuerdo con cifras oficiales.

Una semana después de la divulgación de un documento desclasificado del Departamento de Defensa estadounidense, según el cual Washington instaló durante la administración de Calderón un centro de inteligencia en México al que no tenían acceso las autoridades mexicanas, el ex funcionario aseguró no saber nada sobre eso.

“No te sé decir”, señaló.

El memorando del Departamento de Defensa, obtenido por la organización no gubernamental estadounidense National Security Archive, describe en parte el apoyo que una oficina del Pentágono había dado al denominado “Centro de Fusión México”, con acceso exclusivo para autoridades estadounidenses y cuyo propósito era enfocarse en “blancos de alto perfil”, los cuales no son identificados.

“Algunos reportes periodísticos habían hecho referencia en el pasado a la existencia en México de al menos dos centros de fusión de inteligencia. Pero mientras se mencionaba que en esos lugares trabajaban en conjunto autoridades estadounidenses y mexicanas, el centro del que se habla en el documento desclasificado es identificado como de uso exclusivo de agencias de Estados Unidos”, según el despacho de AP.

Y al ser interrogado sobre si en los centros de fusión creados por México sí hubo participación de agencias estadounidenses, como habían informado reportes periodísticos en el pasado, el ex funcionario se limitó a asentir con la cabeza.

Valdés evitó mencionar cuántos centros de fusión fueron instalados con Estados Unidos. “No se puede decir eso”, dijo.

Tampoco mencionó cuándo o dónde fueron instalados o si continúan en operación.

El gobierno del presidente Calderón promovió una relación sin precedente con Estados Unidos en un intento por fortalecer su estrategia de combate al narcotráfico y el crimen organizado. En esa estrategia, el CISEN jugó un papel clave, desde donde “se trabajó en la construcción de centros de fusión de inteligencia con las distintas dependencias”, según Valdés.

En los centros, explicó, se combinaba la inteligencia obtenida de las diferentes dependencias como la Policía Federal, el ejército, la Procuraduría General de la República y el propio CISEN, lo cual se vinculaba con operaciones específicas contra alguna organización.

Por ejemplo, dijo, la realización de patrullajes militares o policiales generaba información que era enviada al centro de fusión y de ahí se analizaba y se determinaba contra qué blancos se actuaría.

Aseguró que antes del gobierno de Calderón “no había centros de fusión”.

Hasta ahora ningún ex funcionario del área de seguridad de Calderón había escrito algo sobre el tema.

“Al final me quedó muy claro que había una necesidad muy grande de explicar qué estaba pasando”, dijo Valdés al explicar sus motivos para escribir el libro. “La imagen que yo tengo es de que al presidente Calderón le tocó que hiciera erupción un volcán y que había que platicar cómo y cuándo se formó ese volcán”, añadió.

En su libro, Valdés plantea la complejidad de explicar la violencia que comenzó a acelerarse en 2008 y tuvo su pico en 2011, con casi 17,000 muertos sólo ese año, aunque considera que tiene su origen en grupos de la delincuencia organizada con gran poder económico, social y militar, combinado con un largo historial de corrupción y complicidad institucional, en buena parte a nivel local.

Durante el gobierno anterior el país fue testigo de algunas de las peores masacres en la historia reciente.

Valdés describe en su libro, por ejemplo, cómo a finales de marzo de 2011 el cartel de Los Zetas orquestó la detención de autobuses de pasajeros en el estado norteño de Tamaulipas para intentar frenar la llegada de presuntos sicarios del grupo de La Familia, enviados desde Michoacán en el occidente, que daban apoyo a la organización del Golfo.

Los Zetas y el cartel del Golfo rompieron en 2010 una alianza de casi una década y comenzaron una cruenta lucha por el control de territorios.

De acuerdo con Valdés, en sólo tres días Los Zetas secuestraron varios camiones procedentes de Michoacán y mataron a más de 200 hombres sólo por suponer que era miembros de La Familia que apoyarían al Golfo.

El ex director del CISEN consideró que el gobierno debe mantener un combate a las organizaciones criminales al tiempo de acelerar la reconstrucción de instituciones policiales locales para enfrentar a bandas violentas.

Para Valdés, quien aclaró no tener toda la información actualizada, el cartel de Sinaloa —o del Pacífico, como lo llaman las autoridades ahora— es aún la “gran organización nacional”.

Fuente: AP

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