Las federaciones de transporte de Ecuador suspendieron ayer la huelga por el alza a los precios de combustibles que derivó en dos días de manifestaciones y disturbios, los que dejaron 73 heridos además de 379 detenidos.
Hoy día, de nuestra parte se termina la medida de hecho, dijo Abel Gómez, dirigente transportista, en una rueda de prensa junto a otros líderes del sector en Quito, en la que plantearon a las autoridades fijar nuevas tarifas en compensación.
Gómez pidió al gobierno asegurar las condiciones para que los servicios de transporte se normalicen en todo el país, en donde impera desde el jueves el estado de excepción. Añadió que en adelante no se hacen responsables de los desmanes que puedan producirse.
No se conocen los detalles del acuerdo que permitió poner fin al paro, aunque se estima que aumenten los tarifas al transporte público y que los transportistas cuenten con un trato especial para la compra de vehículos y autopartes.
La crisis social que desató la eliminación de los subsidios a los combustibles paralizó el jueves y ayer el transporte público y vació las escuelas. Durante las protestas, hubo bloqueos, saqueos y choques entre manifestantes y policías.
En Quito, sólo operó el servicio municipal de transporte, insuficiente para atender la demanda, por lo que las fuerzas armadas habilitaron sus vehículos para movilizar a los ciudadanos. En virtud de la medida de excepción declarada por 60 días, los militares también están en las calles para controlar la seguridad.
Grupos de jóvenes protagonizaron ayer enfrentamientos con piedras y palos con la policía que los repelió con gas pimienta y vehículos antimotines en el centro norte capitalino, mientras situaciones similares se desarrollaron en ciudades como Guayaquil, Ambato y Cuenca.
En la mañana, las autoridades detuvieron en la capital al dirigente nacional de los taxistas, Jorge Calderón, y en el sur del país a dos líderes transportistas regionales por afectar el servicio público.
El descontento estalló por el alza hasta de 123 por ciento en el precio de los combustibles que desencadenó el retiro de los subsidios, tras cuatro décadas de vigencia, por acuerdo del Ejecutivo con el Fondo Monetario Internacional, para obtener millonarios préstamos.
Pese a las protestas, el presidente Lenín Moreno señaló que no cambiará de opinión sobre el fin de los subsidios, que al año representaban mil 300 millones de dólares. Que quede claro: se eliminó el subsidio, se acabó la zanganería y de aquí en adelante vamos construyendo el nuevo Ecuador que todos anhelamos, advirtió.
Fuente: AFP/ AP