La doctora Angélica Narvaez Pérez denunció que fue cesada injustificadamente del servicio de Salud estatal, y que ha recibido amenazas; aseguró que todo ello se debe al apoyo que brindó a las familias de los normalistas de Ayotzinapa
La doctora Angélica Narvaez Pérez, fue destituida de su puesto como coordinadora general de los servicios de Salud de la Zona Norte, según le comunicó su recién nombrado jefe jurisdiccional, Miguel Villanueva González, “porque soy nociva para la Secretaría, por haber ayudado a los familiares de los normalistas de Ayotzinapa y a esos jóvenes”.
En conferencia de prensa, la doctora, apoyada por compañeros de la Secretaría de Salud, entre doctores y enfermeras, además de los profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero (CETEG), dijo que desde el 26 de septiembre pasado, cuando ocurrió la masacre de Iguala, estuvo al pendiente de los heridos, que fueron atendidos en el hospital general “Jorge Soberón Acevedo”.
Sin embargo, el trato para los familiares de los normalistas dentro del nosocomio fue humillante y deshumano, sobre todo para los de Aldo Gutiérrez Solano, originario de Ayulta, Guerrero, quien fue trasladado a la Ciudad de México al hospital de Neurocirugía, porque está en estado vegetativo, y los de Edgar Andrés Vargas, originario de Oaxaca, quien quedó desfigurado de la cara, por las balas que recibió.
“Yo pertenezco desde hace muchos años a las organizaciones Ángel de la Paz y la Coalición de Ciudadanos de Iguala A.C, es mi forma de ser, ser solidaria con la gente. Cuando veía que les cobraban hasta 8 pesos el vaso de agua, yo les ayudé. Intervine para que fueran trasladados: Aldo, al hospital de Neurocirugía y a Edgar, al Manuel G. González”, señaló.
Dijo que ha recibido amenazas telefónicas que ella relaciona directamente con el apoyo que ofreció a las familias de los normalistas de Ayotzinapa, que mantienen un movimiento para exigir la presentación con vida de 42 compañeros desaparecidos. Ha recibido dos llamadas, la última el pasado jueves, donde una voz de mujer le advirtió: “Cálmate o te vamos a dejar en pedacitos. No entiendes”.
Hace dos semanas, relató, cuando Miguel Villanueva fue nombrado jefe de la jurisdicción de la Región Norte, que abarca los 16 municipios de esa zona, le llamó y le dijo que sería cambiada a coordinar el programa Prospera, donde interviene la Secretaría de Salud. Ella aceptó y se despidió del personal; sin embargo, un día después de que había aceptado el nuevo puesto, le notificaron que había sido cesada.
No le mostraron documentos por escrito, más que el oficio: SS/27/2014, en el que le notificaban que el jefe jurisdiccional no estaba facultado para hacer ningún cambio. La doctora se molestó con su nuevo jefe , quien, según dice la doctora, le contestó: “doctora Narvaez, usted es nociva para la Secretaría, ¡Cómo cree que vamos a tener aquí a una persona que quema llantas!, usted está cesada”.
La funcionaria reclamó que el sindicato que dirige Beatriz Vélez Núñez, pese a que ingresó a la dependencia desde 2003, no la respaldó, al contrario, “apoyó a la parte patronal, ¿En dónde se ha visto eso?”.
La doctora pidió justicia para su caso, “porque no se vale”, dijo, que la señalen “como la mala de la historia”.
El 9 de diciembre varias personas, entre éstos maestros de la CETEG tomaron las instalaciones de la jurisdicción sanitaria Norte durante siete horas, cerraron calles y quemaron llantas para pedir la destitución del recién nombrado jefe jurisdiccional, Miguel Villanueva González, y la reinstalación de la coordinadora de Servicios de Salud, Angélica Narváez Pérez.
Narvaez consideró que eso molestó mucho a sus jefes. “Si por llevar servicios médicos a las comunidades más pobres en la zona Norte me van a castigar, que lo hagan, no me arrepiento y lo volvería a hacer”.
Fuente: El Universal