El Tribunal Supremo español confirmó la sentencia de cuatro años y medio de prisión al exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, por un caso de corrupción mientras presidía la entidad bancaria Caja Madrid.
Rato, de 69 años de edad, había sido sentenciado inicialmente por la Audiencia Nacional en 2017 por apropiación indebida de patrimonio de esa entidad debido al uso de tarjetas de crédito opacas.
Rodrigo Rato, exvicepresidente del gobierno español y exministro de Economía durante la etapa del conservador José María Aznar (1996-2004), estuvo al frente del FMI entre 2004 y 2007 y llegó en 2010 a la presidencia de Caja Madrid, donde estuvo hasta 2013.
El exbanquero no ingresará automáticamente en prisión, ya que el Tribunal Supremo debe remitir ahora la orden de ejecución de la sentencia, tras lo cual dispondrá de un plazo de entre cinco y diez días para ingresar voluntariamente en la cárcel.
El sistema de tarjetas opacas (denominadas “black” en España) permitió a Rato, a su antecesor Miguel Blesa y a otros directivos de la entidad realizar gastos o conseguir dinero en efectivo sin control ni justificación.
En concreto, Rato desembolsó un total de 99 mil euros (115 mil dólares) con este sistema.
La sentencia sostiene que Rato “mantuvo y amplió un sistema pervertido desde su origen” y, aunque ha estimado parcialmente los recursos de los condenados que devolvieron el dinero gastado con las tarjetas antes de celebrarse el juicio, no ha sido así en el caso del exresponsable del FMI.
Los condenados actuaron como si fueran “dueños del dinero”, invirtieron los importes que consideraron oportunos en gastos que ellos mismos decidieron, de ahí que el Supremo reconozca que se perjudicó el patrimonio de la entidad.
Dadas sus responsabilidades, experiencia y preparación para el cargo, Rato no podía ignorar el funcionamiento opaco de las tarjetas, pese a lo cual “mantuvo el sistema e incluso lo amplió a otras personas”, primero a su favor y, ya en Bankia, de sus más estrechos colaboradores, añade la sentencia.
El Tribunal Supremo defiende que la proporcionalidad de la pena es adecuada, ya que Rato “se lucró indebidamente y permitió el lucro de los demás” durante un “apreciable periodo de tiempo y por cantidades importantes”.
En total, los acusados gastaron más de 12 millones de euros (13.9 millones de dólares), de los cuales 9.3 millones corresponden a la etapa de Miguel Blesa al frente de la entidad (1996-2010) y 2.6 millones cuando el presidente era Rato.
(Con información de EFE)