Agentes del Ministerio Público de la Federación y personal de la Coordinación de Servicios Periciales de la Procuraduría General de la República (PGR) localizaron cuatro cadáveres en dos fosas ubicadas en el poblado de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri, Guerrero.
En un comunicado, la PGR precisó que en la primera fosa se halló un cadáver, posiblemente de una mujer, y en la segunda se encontraron tres cuerpos, al parecer dos de ellos del sexo femenino y uno masculino.
Destacó que con las pertenencias localizadas, como la ropa, personal de la dependencia –apoyado por elementos de la División Táctica y Científica de la Policía Federal– trabaja en el procesamiento e identificación de los restos mediante análisis de antropología, genética y odontología, entre otros estudios.
También se han recabado declaraciones entre los pobladores de Carrizalillo y se han tomado los perfiles genéticos en la población.
La PGR señaló que este jueves continuarán las acciones de búsqueda en el poblado de Carrizalillo.
Adicionalmente, a solicitud del Ministerio Público de la Federación, en las acciones de búsqueda en esa zona participa personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con el uso de equipo y tecnología de punta, como el georadar.
El pasado lunes 2, habitantes de Carrizalillo confirmaron que al menos un centenar de sicarios al servicio del grupo delictivo Guerreros Unidos se refugió en ese poblado tras la masacre y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, tal como lo informó proceso.com.mx el 11 de octubre de 2014 en la nota titulada: “Señalan a pandilleros de ‘Los Peques’ como agresores de normalistas”.
Los habitantes del lugar también denunciaron públicamente la existencia de fosas clandestinas: señalaron que tenían indicios de que los normalistas desaparecidos fueron trasladados a esa comunidad, donde se encuentra asentada la minera canadiense Gold Corp.
Encabezados por el comisario ejidal Ricardo López García, hicieron un llamado a los padres de los 43 estudiantes para que viajen a Carrizalillo y busquen ahí a su hijos.
El viernes 31 de octubre, vecinos de la comunidad aseguraron a medios locales que tenían indicios de que los normalistas habrían sido trasladados a ese lugar, luego de la cacería desatada en Iguala la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre.
Señalaron que en las primeras horas del 27, al menos una treintena de hombres armados procedentes de Iguala arribó a Carrizalillo a bordo de varias camionetas.
Afirmaron que los sujetos son miembros de la banda Los Peques, señalada como el brazo armado de Guerreros Unidos, y que habrían sido protegidos por la familia Peña Celso, que se refugió en Iguala después de que varios de sus integrantes fueron asesinados.
De acuerdo con los denunciantes, en esa ocasión llegaron al lugar varias retroexcavadoras, y una gran cantidad de arena destinada para una obra pública “simplemente desapareció”.
Las declaraciones se dieron a conocer luego de que la semana pasada pobladores de Carrizalillo retuvieron a nueve agentes federales y un civil identificado como Modesto Onofre Peña Celso, presunto miembro del grupo delictivo Guerreros Unidos, quienes pretendían llevarse al comisario ejidal Ricardo López.
La comunidad, ubicada sobre la rivera del río Balsas, en el llamado ‘Cinturón de oro, ha padecido la confrontación entre sicarios al servicio de la banda Los Rojos y Guerreros Unidos, que buscan hacerse del control de la ruta de trasiego de drogas y las millonarias ganancias que obtienen a través del cobro de piso a la empresa minera Gold Corp.
Según los pobladores de Carrizalillo, durante la retención de los federales y de Modesto Onofre Peña Celso, este habría confesado que en varios cerros existen fosas clandestinas que fueron utilizadas por los miembros de Guerreros Unidos para desaparecer a sus víctimas.
Fuente: Apro