El presidente Andrés Manuel López Obrador aseveró que con la reforma electoral “no queremos tranzar, queremos transformar, si no, esto no cambia” y garantizó que el llamado plan B –impugnado por diversas fuerzas políticas ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación— no limita los derechos ciudadanos y, por el contrario, fortalece la democracia.
Durante la mañanera de este viernes, el mandatario federal enfatizó que las reformas en materia electoral eliminan a la “burocracia dorada” de los organismos electorales que goza de varios “privilegios” e inclusive mantiene como enigma el presupuesto que existe en los fideicomisos que hay en el Instituto Nacional Electoral (INE).
Las impugnaciones contra las reformas “son un pretexto de los conservadores corruptos para enfrentar al gobierno, porque no hay ninguna afectación a los procesos electorales, mucho menos a la democracia, al contrario es para que haya jueces, consejeros honestos, íntegros, incorruptibles y que no cuesten tanto los aparatos burocráticos, que no le cuesten tanto al pueblo”.
Señaló que la reforma “es en beneficio del voto libre, de elecciones limpias, en favor de la democracia”.
López Obrador dijo que quienes hoy “hipócritamente” se oponen al llamado plan B, no dijeron nada cuando los regímenes neoliberales aprobaron reformas en perjuicio de la ciudadanía, ni se opusieron al fraude electoral de 2006.
En alusión a uno de los argumentos expresaros por los opositores en el sentido que se despedirá a 85 por ciento de los trabajadores de los organismos electorales, el mandatario acotó: “No es un asunto laboral, ojalá los trabajadores mexicanos, la mayoría del pueblo de México, tuviese esas prestaciones. Es que además de esas prestaciones ordinarias, esa burocracia dorada cuenta cuando menos con tres privilegios, entre otros”.
Estos son sueldos y viáticos superiores a lo que gana el Presidente, “que es violatorio a la Constitución, al artículo 127 de la Constitución, pero como se ampararon contra la ley de austeridad, mantienen esos sueldos, esos viáticos. Ese es un privilegio adicional”; el segundo es el servicio médico privado con el que cuentan; y el tercero los finiquitos que obtendrán los consejeros que terminan sus periodos, como el consejero presidente Lorenzo Córdova o el secretario ejecutivo del INE, Edmundo Jacobo, cuya cartera desaparece con la reforma electoral.
El Presidente inclusive ironizó en que los derechos ciudadanos se mantendrán debido a que este funcionario ya no estará en el Instituto, donde afirmó ha colaborado por “30 años”.
“No se trastocaron los derechos de los ciudadanos, al contrario. Con la reforma electoral, aun con sus limitaciones, porque no se pudo llevar acabo una reforma constitucional porque la bloquearon los de la mafia del poder, aun con esta reforma se da más garantía a los ciudadanos de que su voto va a ser respetado. Al no estar Jacobo, ya es una garantía para el ciudadano. Porque con Jacobo, con Lorenzo, como todos ellos, no tienen vocación democrática. Son hombres al servicio del poder económico y del poder político, no de los ciudadanos”.
Ante las preguntas de que los argumentos contra la reforma aseguran que el organismo electoral perdería autonomía, el mandatario respondió: “A nosotros nos hicieron fraude y ya no dependía el IFE del gobierno, supuestamente”.
Fuente: La Jornada