La producción de gasolinas en el país disminuyó 50 por ciento en el actual sexenio, mientras las importaciones subieron 63 puntos porcentuales, de acuerdo con cifras oficiales.
Según datos del sexto Informe de gobierno de Enrique Peña Nieto, el sistema de refinación nacional pasó de producir 437 mil barriles diarios de gasolina en 2013 a 217 mil en la primera mitad de este año.
En cambio, las importaciones de combustibles subieron de 347 mil barriles diarios en 2013 a 567 mil a junio pasado.
La alta dependencia que el país tiene del combustible importado, principalmente de Estados Unidos, hace imposible que el gobierno mexicano pueda tener control de los precios, coincidieron expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para David Bonilla Vargas, del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, la única manera en que el nuevo gobierno podrá mantener estables los precios a corto plazo es seguir aplicando subsidios mediante la disminución en la carga impositiva que cobra por cada litro de gasolina vendida en territorio nacional.
El problema es que como 80 por ciento de la gasolina es importada, se es muy vulnerable a la paridad del peso con el dólar. La única forma que tienen para bajar el precio de la gasolina es reduciendo el impuesto. A largo plazo lo que se tiene que hacer es una salida de transporte que sustituya el uso de hidrocarburos
, comentó el especialista en un foro organizado por esa casa de estudios.
Una de las alternativas para reducir esa dependencia, subrayó, es la construcción de vías férreas que permitan transportar grandes volúmenes de carga y pasajeros a costos competitivos frente al encarecimiento de los combustibles y, principalmente, de diésel, que es el que utilizan los vehículos de transporte de carga.
De acuerdo con el sexto Informe, la importación de diésel se duplicó en la actual administración. Pasó de 107 mil barriles diarios a principios del sexenio a 231 mil en promedio durante el primer semestre de este año.
Bonilla Vargas agregó que también es necesario renovar el parque vehicular, autos y camiones que sean más eficientes en su consumo de combustible o que funcionen a partir de la electricidad, para lo cual es necesario ofrecer incentivos fiscales.
Mientras se continúe dependiendo del motor de combustión interna se va a seguir supeditado a la gasolina
, dijo el investigador.
Sin embargo, advirtió que dicho proceso se debe pensar a largo plazo y no puede depender de los cambios de gobierno o de quién esté en la Secretaría de Hacienda o en la de Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Tiene que haber medidas permanentes. Todo lo que se pueda retirar de camiones va a ayudar a reducir importaciones de energéticos y disminuirá la presión sobre las refinerías
, enfatizó.
El investigador Fabio Barbosa Cano, también del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, sostuvo que una de las medidas más importantes debe ser la construcción de vías férreas a lo largo de las costas para enlazar mercados regionales, con el fin de que la producción agrícola en algunos lugares no se pierda y para mover la carga hacia la frontera.
Señaló que la dependencia de los combustibles del exterior también se ha acrecentado por el descuido de las refinerías nacionales y por la declinación de la producción petrolera.
De acuerdo con cifras del pasado Informe de gobierno, en el actual sexenio las seis plantas que conforman el sistema de refinación nacional pasaron de trabajar de una capacidad instalada de 72 por ciento en 2013 a apenas 40 puntos porcentuales este año.
Conforme transcurren los días en este periodo estamos informándonos cada vez más de cómo dejó el gobierno de Peña Nieto al sector petrolero. Puedo decir que la herencia son ruinas
, opinó.
Destacó que al primero de diciembre de 2012, al comenzar el sexenio, la producción de crudo era de 2 millones 500 mil barriles diarios, pero cada año fue descendiendo, hasta llegar a un millón 800 mil barriles, que es la cifra actual.
Fuente: La Jornada