Con Calderón, un sexenio fúnebre

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El aumento en el número de homicidios en México durante 2011, reportado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), deja claro que una de las características durante el sexenio de Felipe Calderón es el incremento sostenido de la violencia, señalaron defensores de derechos humanos. Agregaron que en años recientes sólo uno por ciento de los asesinatos en el país ha sido esclarecido.

Édgar Cortez, del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia, aseveró que una de las tendencias estadísticas al alza que se mantiene durante la administración calderonista son los indicadores sobre el número de personas asesinadas, debido a la impunidad y a que no se ha concretado la transformación del sistema policial y de justicia en el país.

Adrián Ramírez, de la Liga Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, dijo a su vez que el actual es un sexenio luctuoso que pasará a la historia por generar la más grave crisis humanitaria que haya tenido el país después de la revolucón. Agregó que el un juicio de la historia para Calderón se tradujo en primera instancia en que es el principal perdedor del reciente proceso electoral.

Jóvenes, los más afectados

Hay un vínculo entre la política de Estados Unidos y la de Calderón, que ha generado un verdadero genocidio de personas que identifica como enemigos en su guerra, donde la mayoría son jóvenes a quienes no les pudo dar educación ni empleo, pero que engrosaron las listas de los daños colaterales.

José Rosario Marroquí, del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, afirmó que los datos aportados por el Inegi (que señalan que en 2011 ocurrieron 27 mil 199 homicidios en México, cifra superior a los 25 mil 757 de 2010) confirman que las alertas y señalamientos de las organizaciones no gubernamentales sobre la violencia no son falsos.

Enfatizó que los datos revelan que en algunas ciudades la violencia ha disminuido, como en el caso de Ciudad Juárez, lo que coincidiría con recientes anuncios hechos por el gobierno federal, en otras entidades como en Nuevo León y el estado de México las cifras van al alza.

Es paradójico que es precisamente en las ciudades donde hay mayor presencia militar o policiaca donde se mantienen los elevados niveles de violencia. No basta con los datos cuantitativos para dar una interpretación de los hechos, concluyó el activista

Fuente: La Jornada/ Emir Olivares

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