Por Frei Betto*
“Muy lejos del peso”, documental de Estela Renner, producido por Marcos Nisti, debiera ser obligatorio el pasarlo en las escuelas y familias. Nunca he sabido de un filme tan pedagógico sobre la alimentación infantil.
Nuestros niños están siendo envenenados silenciosamente al ingerir bebidas y comidas nocivas. Todas ellas ampliamente anunciadas en la televisión y en Internet, de manera que les inculquen hábitos permanentes de consumo.
A pesar de que la legislación de muchos países ya prohíbe la publicidad de alimentos dañinos para la salud de los niños, como es el caso de Chile, Francia, el Reino Unido, el gobierno brasileño sigue sometido a la presión de las empresas productoras. Flojea en asegurar calidad de vida a nuestra población. En cuanto a la Vigilancia Sanitaria, el Ministerio de Salud se las ve y se las desea invirtiendo millones de dólares en enfermedades evitables.
Las encuestas indican que los productos anunciados en la publicidad logran obtener hasta un 134% más de ventas.
En el Brasil el 30% de los niños tienen sobrepeso y un 15% de los mismos ya son obesos. Crece de modo alarmante la incidencia de la obesidad infantil, colesterol alto, problemas glandulares, diabetes tipo 2, cáncer, sin que se consiga poner un alto a la industria del envenenamiento sabroso.
Hay incluso escuelas que abren sus puertas al atractivo de las redes de comiderías, sin percatarse de que la calidad de los alimentos ofrecidos en ellas equivale a dejar entrar en casa a un asesino con armas. La diferencia es que el alimento nocivo mata lentamente y causa un mayor y más largo sufrimiento.
Estos datos hablan por sí solos: una bolsita de 300 gramos de caramelos contiene 120 gramos de azúcar; o sea el 40% del producto es puro azúcar. Una botella de 1 litro de bebida láctea contiene 165 gramos de azúcar. Es como ingerir una taza de azúcar.
Una lata de 350 gramos de refresco del color de la ropa de Papá Noel contiene 37 gramos de azúcar, lo que equivale a 7 bolsitas de azúcar, de las que se ofrecen en los bares para endulzar el café. Si el niño toma una lata cada día, en una semana serán 259 gramos de azúcar, y en un mes algo más de 1 kilo de azúcar.
El brasileño consume 51 kilos de azúcar al año. Son más de 4 kilos por persona al mes. En el mundo 35 millones de personas mueren cada año debido al excesivo consumo de azúcar.
Un envase de 355 ml de zumo de uva contiene 48 gramos de azúcar, lo cual equivale a 9 bolsitas de azúcar.
Una bolsa de 200 gramos de batatas fritas contiene 77 gramos de grasa; o sea el 38.5% del producto es pura grasa. Es como ingerir media taza de aceite de freír.
Un paquete de galletas de 154 gramos contiene 30 gramos de grasa y 50 gramos de azúcar; o sea que el 50% del producto son sustancias perjudiciales para la salud.
Un paquete de bizcochos rellenos contiene 30 gramos de grasa y 50 gramos de azúcar; lo que equivale al consumo de 8 panecillos del tipo francés.
Una caja de 200 ml de chocolates y un paquete de 400 gramos de vitamina instantánea contiene, cada uno, 29 gramos de azúcar; lo cual equivale a 6 bolsitas de azúcar.
Una caja de 400 gramos de harina contiene 146 gramos de azúcar; o sea que el 36.5% es puro azúcar. Y una botella de 2 litros de zumo de uva contiene 270 gramos de azúcar, lo que equivale a ingerir 1 ½ taza de azúcar, y sólo un 10% de zumo. La caja de 1 litro del mismo zumo contiene 145 gramos de azúcar, equivalente a una taza de azúcar.
Una bolsa de 35 gramos de zumo en polvo contiene 28 gramos de azúcar y un 1% de fruta; o sea un 80% del producto es puro azúcar.
En los envases casi nunca aparece la palabra ‘azúcar’. Es sustituida por ‘carbohidrato’.
Hay niños que consumen al día 250 calorías en productos azucarados, cuando basta ingerir 100 calorías para engordar 4 kilos al año. Y es bueno recordar que hoy día los niños son más sedentarios, corren y saltan menos, lo que favorece la obesidad.
Nuestras escuelas enseñan de todo menos educación nutricional. Nadie recurre cada día a sus conocimientos de historia o de química, hace operaciones algebraicas o habla en idioma extranjero. Pero todos comemos varias veces al día; y en general lo hacemos sin criterio ni noción de cómo el organismo reacciona ante los alimentos, ni en qué medida son benéficos o perjudiciales para nuestra salud.
El 18 de diciembre la Asamblea Legislativa de São Paulo aprobó dos importantes proyectos de ley: prohibir la venta de bocadillos junto con regalos o juguetes, y la publicidad de alimentos y bebidas no saludables, o sea pobres en nutrientes y con alto grado de azúcar, grasas saturadas o sodio, en la televisión y en las radios desde las 6 a las 21 horas, y en cualquier horario en las escuelas públicas y privadas. Se espera que el gobernador, Gerardo Alckmin, apruebe ambos proyectos pioneros en el combate a la obesidad infantil en el Brasil.
* Frei Betto es escritor, autor de “Sabroso viaje por el Brasil”, junto con Maria Stella Libanio Christo, entre otros libros.
www.freibetto.org/ twitter:@freibetto.
Fuente: http://alainet.org/active/61440/ Traducción de J.L.Burguet