Por Jesús Robles Maloof
Abordo un avión en el DF mientras y no puedo dejar de recordar el “cómo dueles junio” que escribiera hace un par de días, Patricia Duarte madre de Andrés Alonso, hermoso niño que muriera en la Guardería ABC de Hermosillo Sonora. Mi destino es la hermosa tierra agreste, sola y colorada del estado de Sonora. Mi tarea, como parte del equipo de la organización de derechos humanos, New Media Advocacy Project, (NMap), será documentar la cita anual de miles de hermosillenses y mexicanos que han decidido no olvidar.
En 2009 mi hermano de calle y lucha, Daniel Gershenson, me invitó a unos de los pocos estado que no conocía. Apenas llegando nos encontramos con a las madres y a los padres cuyas hijas e hijos habían muerto en la estancia infantil bajo supervisión del IMSS. Estando platicando en la plaza, observamos como el ex gobernador del estado, Eduardo Bours Castello, salía apresuradamente de Palacio de Gobierno protegido por guaruras. “No tienen moral” espetó a dos padres que lograron acercarse. Huyó finalmente.
Han pasado más de 90 meses de aquellos hechos. Pienso en que los días de activismo, las reflexiones y charlas, varios juicios, procedimientos penales, centenas de kilómetros caminados, textos, conferencias, fotografías y videos, no me han acercado a comprender la naturaleza y dimensión del dolor que una persona siente cuando pierde a su hijo.
Lo más próximo a mi experiencia vital es el recuerdo de mi abuela Alicia quien solía decir que la máxima regla de la vida establece que una madre no debe enterrar a sus hijos. Ese dolor es inmediato, certero, e irreparable. Se instala, pervive y como en el caso de mi abuela, dura hasta el último respiro.
Creo que junto a ese dolor una sociedad con un mínimo nivel de conciencia humanitaria y respeto por los derecho humanos, debería tomar algunos de los siguientes pasos. 1. la atención inmediata a las víctimas. 2. La renuncia o el despido de las autoridades con responsabilidades. 3. Los juicios penales y administrativos. 4. La modificación del marco normativo. 4. La reparación integral del daño y 5. El resguardo de la memoria para el futuro.
Nada de lo anterior se ha asomado al caso ABC. Por el contrario, los políticos mexicanos florecen en medio de las tragedias de las personas comunes.
Premios para los responsables de la tragedia
Eduardo Bours es integrante del Consejo Político Nacional del PRI. Por cierto el artículo de Wikipedia sobre él, no cita o menciona a la Guardería ABC. Guillermo Padrés quien como candidato de oposición a la gubernatura, debe su victoria al enojo contra el PRI por el incendio de 2009, sigue gobernando sin cumplir su palabra. El entonces director del IMSS Juan Molinar Horcasitas cuya firma consta en el contrato de la guardería ascendió a la cúpula directiva de su partido y en el sexenio que corre condujo el Pacto por México. Daniel Karam recibió el premio al “Mérito Nacional” que otorga una asociación relacionada con el ITAM. Abel Murrieta ex procurador es actualmente diputado local y se prepara para ocupar una de las generosas listas del PRI.
Ernesto Gándara ex alcalde de Hermosillo y responsable de la protección civil en la capital sonorense en el tiempo del incendio, obtuvo un escaño en el Senado y al parecer disputará con Claudia Pavlovich, entonces diputada local, ahora senadora. Carla Rochín, ex coordinadora nacional de las guarderías subrogadas del IMSS, es ahora presidenta del consejo directivo de Guanajuato Patrimonio de la Humanidad A.C.
La lista la cierra Eduardo Medina Mora procurador general en tiempos panistas, premiado por el priista Enrique Peña Nieto, con la embajada en el Reino Unido, la segunda más importante en el servicio exterior.
Las víctimas y la sociedad
En estos cinco años he buscado contar tanto aquellas historias sobre la guardería que duelen, como aquellas que develan la consistencia ética, como las de don Ubaldo López y su “saco de cemento” o las de un niño de 7 años que desde Puebla les dijo a los padres ABC: “Quiero decirles que voy a cambiar el mundo para que esto no se vuelva a repetir”. Dani Gershenson, con mejor pluma ha retratado, nítidamente la dignidad que nace de luto y la lucha. Nos faltan muchas otras historias y ciertamente nos faltan plumas y conciencias.
En la parte final de mi vuelo veo una revista que con enjundia afirma “Enrique Peña Nieto protagoniza la selfie `del campeonato´. De eso charlan dos señores, la agenda incluye la lesión de joven Montes y del heroísmo de Oribe Peralta. Qué saben ellos de héroes si no han conocido a El Cayetano como tuve el privilegio de hacerlo hace un par de veranos. Transcribo parte de su historia:
El heroísmo lo es tanto por la valentía como por el profundo amor al prójimo que entraña. Por resaltar lo primero se nos olvida lo segundo. En Hermosillo Sonora conocí a un verdadero héroe a quien llaman “El Cayetano”, aquí su historia.
Juan López Trujillo nació hace 40 años en Tecoripa Sonora y vive a una cuadra de las instalaciones de la guardería. El fatídico día sentados bajo un árbol observaron que una columna de humo se levantaba a una cuadra, corrieron hacia el lugar pensando que era la llantera que se incendiaba. Era la Guardería ABC con decenas de niñas y niños dentro.
“Cayetano ¿cómo decidiste entrar? ¿qué pensaste?” pregunté.
“Esas cosas no se piensan, vas pa dentro” respondió.
Las puertas de emergencia estaban clausuradas, pero Cayetano pudo pasar por un estrecho acceso. Al salir un momento en búsqueda de aire fresco, tomó las linternas y chaquetas de los policías que habían llegado y quienes no se atrevían a entrar.
El caos reinaba en el exterior mientras los bomberos no sabían qué hacer, alguno de ellos se desmayó (página 6). El Cayetano dice que logró sacar cuatro, otros testimonios hablan de ocho niñas y niños. Como bien dice Julio César Márquez, padre de Yeyé, “no importa que no haya sido mi hijo, siempre estaré agradecido por la acción de Cayetano es un verdadero héroe anónimo”.
Agotado después de varios minutos, El Cayetano se sentó en la banqueta, sintió ganas de llorar y mejor se fue a su casa. Benjamín Alonso Rascón, a quien debemos la invaluable labor de recopilación de testimonios de los héroes anónimos, sostiene que para El Cayetano y sus compañeros no hay reconocimiento porque no cumplen con el selectivo perfil de la memoria histórica: tienen tatuajes, cicatrices, son morenos, cenizos, no tienen trabajo. El Cayetano quedó en el olvido de casi todos, menos de la policía municipal que gusta de asediarlo y extorsionarlo, quizá se trata de los mismos que no tuvieron el valor de entrar a la guardería. Paradójicamente el 5 de junio de 2011, fue brutalmente golpeado y pasó tres días en arresto. A raíz de esta detención y de la nota de Imanol Caneyada (1 y 2), conocimos que El Cayetano padece de una hernia inguinal muy grave y que necesita operarse.
En tiempos en los que la palabra héroe se utiliza burdamente para calificar cualquier acción deportiva o mediática, debemos reservarla para quienes la merecen de verdad. El Cayetano tuvo un gesto de amor y de profunda humanidad que contrasta con la miseria y la pequeñez de las autoridades hasta la fecha.
El comandante de vuelo anuncia que estamos por aterrizar. Nos esperan largas jornadas de trabajo. En NMap hemos decidido aportar la experiencia en el uso de medios alternativos y video, para los casos de violaciones a los derechos humanos más complejos. Ya están en la capital sonorense Abby Goldberg y Michael Kleiman, equipo al que Caro Platt se sumará.
Con el Movimiento ciudadano por la Justicia Cinco de Junio y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, creemos que la justicia para las víctimas de la guardería ABC tendrá su momento. No todos los hilos que mueven a nuestra sociedad están en manos de los cínicos que acordaron impunidad. Por ejemplo, brillan en el corazón de Julio y en la tenacidad de Pepe. En la fuerza de Paty o en la alegría de Abraham. En la disposición de Manuel y en el coraje de Roberto. En la solidaridad de Mery y en los talentos jurídicos de Steph y Lorenzo.
En cambio otros hilos son más profundos y por lo tanto invisibles. Se encuentran en lugares insospechados para los corruptos. Han sido vistos en las manos de Cayetano y en la convicción de un niño poblano. En miles de hermosillenses toman su ciudad cada aniversario y en miles más que saldrán en el DF. Llegado a este punto quizá es tiempo que mires tus manos y tu voluntad.
Fuente: Sin Embargo