Claudio X., por la venganza

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Por Álvaro Delgado

Es de celebrarse que Claudio Xavier González Guajardo, el líder del mayor esfuerzo unitario de la oposición partidaria en la historia de México –la coalición PRI, PAN y PRD–, deponga la hipocresía y reivindique como un “derecho (sic)” la identificación de los mexicanos “que, por acción o por omisión”, respaldan el proyecto de Andrés Manuel López Obrador y que tiene un solo fin: Cobrar venganza.

Qué bueno que, en ejercicio del derecho constitucional de libertad de expresión, haga explícito su propósito de hacer una lista para “denunciar –estoy en mi derecho– a quienes contribuyen o solapan a la deriva autoritaria y destructiva de la 4T”, pese a que el Presidente de México haya recibido 30 millones 113 mil 483 votos (53.1936%) en una elección democrática.

Es plausible la sinceridad de González Guajardo, porque ha hecho público lo que se propone hacer todavía como oposición y sobre todo anuncia lo que hará de ganar el gobierno, que para eso es el jefe de la coalición tripartita y, aunque asegura que no es amenaza, es un claro aviso de las represalias que vienen contra los mexicanos que detesta.

¿Para qué elaborar listas negras, como el senador Joseph McCarthy en Estados Unidos en los cincuenta, si no es para ajustar cuentas contra ellos? No debe obviarse: González Guajardo posee, además del poder político que le da ser líder de tres partidos, un inmenso poder como miembro y representante de la élite económica.

Y es bueno saber lo que se propone con la franqueza que evoca la del contraalmirante Arturo Rial, participante del golpe de Estado contra Juan Domingo Perón en Argentina, en 1955, ante trabajadores: “Sepan ustedes que esta gloriosa revolución se hizo para que, en este bendito país, el hijo del barrendero muera barrendero.”

González Guajardo ha sido tan explícito como el escritor Francisco Martín Moreno cuando, el 1 de octubre de 2020, propuso asesinar en una hoguera a los miembros de Morena:

“Yo por eso propongo, que si se pudiera regresar a la época de la inquisición, yo colgaba a cada uno, no colgaba, quemaba vivo a cada uno de los morenistas en el Zócalo capitalino”.

Los mensajes de González Guajardo mediante su cuenta de Twitter se inscriben también en el escaparate del odio como los llamados del publicista del PRI Carlos Alazraki a Enrique Peña Nieto a reprimir a los manifestantes por la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, en noviembre de 2014:

“Estimados comemierdas: Maldigo la hora en que se convirtieron en sindicato. Maldigo la hora en que nacieron. Son unos asesinos. Odian a México. Ya para terminar, les recuerdo que la violencia genera violencia. No se espanten si el gobierno federal reacciona”.

El filántropo González Guajardo ha sido tan franco también como el excanciller Jorge G. Castañeda ante la elección de 2006: “A López Obrador hay que frenarlo por las buenas, por las malas o como sea”.

Pero así como se ha sincerado sobre la integración de listas de quienes apoyan a López Obrador, “por acción o por omisión”, es hora de que González Guajardo defina si lo que pretende es ser el candidato presidencial de la coalición que jefatura. Transparentar sus legítimas ambiciones podría ayudarlo a materializarlas y en una de esas hasta gana, en unas elecciones primarias, la candidatura.

Por lo pronto, a los presidentes de PRI, PAN y PRD no les hizo gracia el escándalo activado por González Guajardo y lo dejaron fuera de la fotografía oficial de la reunión en la sede nacional panista, este lunes, porque lo que ellos consideran un error él lo reivindica como un derecho.

Ya veremos si en las listas negras, blancas o color de rosa de González Guajardo sobre los que apoyan a López Obrador hay novedades. Si incluye a Manuel Bartlett, qué chiste. Lo verdaderamente interesante es los que apoyan “por omisión”, sobre todo del mundo empresarial.

Ojalá no se raje.

POR ÁLVARO DELGADO
DIRECTOR DE INVESTIGACIÓN EN EL DIARIO DIGITAL “SIN EMBARGO”
PERIODISTA.ALVARO.DELGADO@GMAIL.COM
@ALVARO_DELGADO

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