Según un informe interno de Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), José Luis Abarca Velázquez, alcalde con licencia de Iguala, se relacionó con el cártel de los hermanos Beltrán Leyva, a través de su esposa, suegra y cuñados.
Por estos vínculos con el extinto Arturo Beltrán Leyva fue que el edil “quien sirvió a este capo de lavador y prestanombres, pudo levantar en pocos años una fortuna considerable”, según publica El Universal.
El reporte, titulado ‘Avances en la investigación sobre los hechos de violencia ocurridos en la ciudad de Iguala, Guerrero’ y con fecha del 1 de octubre de 2014, señala que Abarca Velázquez logró sobornar a las dirigencias estatal y nacional del Partido de la Revolución Democrática con la entrega de dinero efectivo y apoyos en especie para la operación de sus comités. Salomón Pineda Villa, conocido como ‘El Molón’, cumplió una condena en el Cefreso de Matamoros, Tamaulipas, por delitos contra la salud.
Liberado en junio de 2013, de inmediato se convirtió en jefe de plaza en Iguala para el cártel Guerrero Unido. Alberto Pineda Villa y Mario Pineda Villa, sus otros cuñados, fueron operadores de los Beltrán Leyva por muchos años, pero ambos fueron ejecutados por diferencias con este grupo.
Su madre, María Leonor Villa Orduño, suegra de Abarca Velázquez, fungió como operadora y prestanombres de Arturo Beltrán Leyva. Sobre lo ocurrido el 26 de septiembre en Iguala, el reporte indica que tras la movilización de un centenar de estudiantes, que pretendían trasladarse a la Plaza de las Tres Garantías, donde la presidenta del DIF Municpial, María de los Ángeles Pineda Villa rendiría su segundo informe de actividades, ésta le solicitó al jefe policiaco municipal, Felipe Flores Velázquez, que frenara la manifestación y los replegara.
Así ocurrió el enfrentamiento físico y verbal, que provocó que los normalistas se movilizaran a la central de autobuses de esta localidad.
Flores Velázquez ordenó a los policías que los detuvieran y abrieron fuego en su contra, con un saldo de tres muertos y 18 heridos.
Por una confusión, también dispararon sin advertencia contra una unidad donde viajaba el equipo de futbol Avispones de Chilpancingo.
Ahí murió el chofer, un jugador de 15 años y una mujer que pasaba por el sitio. Abarca Velázquez, dice el informe, “siempre tuvo conocimiento de los hechos, pues fue constantemente informado por el director de Seguridad Pública Municipal” y fue él quien “instruyó a Flores Velázquez para que persiguiera y detuviera a los estudiantes con el objetivo de darles un escarmiento”.