Una forma de óxido de hierro, la hematita, retiene sus propiedades magnéticas a temperaturas equivalentes a las del manto de nuestro planeta.
Un equipo internacional de investigadores descubrió que el manto terrestre contribuye a la creación del campo magnético, desmintiendo la idea de que el magnetismo de nuestro planeta, crucial para la vida, se genera solo por la corteza y el núcleo de la Tierra. El artículo fue publicado este miércoles en la revista Nature.
Generalmente se piensa que esa capa del planeta es ‘magnéticamente muerta’ debido a la enorme presión y temperatura que privan a los óxidos de hierro de sus propiedades magnéticas.
No obstante, el equipo liderado por el doctor Ilyá Kupenko, de la Universidad de Münster, logró recrear las condiciones extremas del manto y reveló que por lo menos un mineral de ese tipo, la hematita, retiene la capacidad de crear el campo magnético a temperaturas de cerca de 925 ºC.
Por lo tanto, algunas partes de la llamada ‘zona de transición’ —la capa entre el manto exterior y el manto inferior, que se extiende entre 410 y 660 kilómetros bajo la superficie de la Tierra—, participan en la creación de la magnetosfera terrestre.
En particular, se trata de las placas tectónicas subducidas relativamente frías, conocidas como ‘losas’, que se ubican principalmente debajo de la región occidental del Pacífico.
“Ese nuevo conocimiento sobre el manto terrestre y la región fuertemente magnética del Pacífico occidental podría arrojar nueva luz sobre cualquier observación del campo magnético de la Tierra”, cita a Kupenko el comunicado emitido por la Universidad de Münster.
La magnetosfera, que defiende la superficie de la Tierra de los mortíferos rayos cósmicos, sigue siendo un objeto mal estudiado.
Por ahora la ciencia no ha establecido con precisión las causas del movimiento de los polos magnéticos (estos no deben confundirse con los polos geográficos), que se ha acelerado en las últimas décadas. La probable inversión de polaridad —evento que se produce ordinariamente cada 200.000 o 300.000 años, pero no ha ocurrido en los últimos 780.000 años— afectaría gravemente a la civilización humana, indica el comunicado.
“Lo que ahora sabemos —que hay materiales ordenados magnéticamente en el manto de del planeta— debería tenerse en cuenta en cualquier análisis futuro del campo magnético de la Tierra y del movimiento de los polos”, explicó la importancia del estudio el coautor, Leonid Dubrovinsky, de la Universidad de Bayreuth.
Fuente: RT