China acusó ayer a Estados Unidos de atizar las tensiones entre ambas potencias y advirtió del riesgo de “conflicto” y “confrontación”, a través de su nuevo canciller, Qin Gang, quien aseguró que si “Estados Unidos continúa por la mala vía y no frena, nada podrá impedir el descarrilamiento” de las relaciones bilaterales.
“¿Quién padecerá las catastróficas consecuencias?”, preguntó el ministro al margen de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional.
Qin, quien hasta hace poco fue embajador de su país en Washington, afirmó que las relaciones entre ambas potencias deberían basarse en “amistad e intereses comunes”, y no en “esta especie de neomacartismo histérico”.
En conferencia de prensa, agregó: “la diplomacia china tiene suficiente buena fe y amabilidad, pero cuando aparezcan chacales y lobos que nos bloqueen el camino y nos ataquen, los diplomáticos no tendremos más opción que hacerles frente y proteger a nuestro país”.
Llamado a no “inflar amenazas”
Expuso que “China continuará siguiendo los principios de respeto mutuo, convivencia pacífica y cooperación de ganancia compartida para proseguir una relación sana y estable con Estados Unidos”, y añadió: “esperamos que la administración estadunidense escuche a conciencia la voz de los dos pueblos, elimine la ansiedad estratégica sobre la ‘inflación de amenaza’, abandone la mentalidad de la guerra fría del juego de suma cero y renuncie a ser secuestrado por ‘lo políticamente correcto’”.
Cuando periodistas le aseguraron que en el extranjero se acusa al gigante asiático de adoptar una “diplomacia de lobos guerreros” Qin descalificó el término y lo llamó una “trampa discursiva”.
Las fricciones entre ambas naciones se multiplicaron en los últimos años sobre cuestiones como Taiwán, la soberanía en el mar de China Meridional y el trato a la minoría musulmana uigur.
Existe, además, una guerra comercial que ha llevado a Washington a imponer vetos sobre empresas chinas como Huawei, y más recientemente, TikTok, con el argumento de que hay presuntas intenciones de espionaje de estas compañías.
Qin comparó a las dos potencias con dos atletas que compiten en una carrera olímpica y advirtió que si uno de ellos, en lugar de esforzarse por optimizar su propio resultado, siempre intenta hacer caer al otro o lesionarlo, no será una competencia leal, sino una confrontación de mala fe.
El mes pasado, la relación empeoró cuando Estados Unidos derribó con un avión caza un globo chino que sobrevoló su territorio, y acusó a Pekín de tener una “flota” de estos aparatos vigilando al mundo. China afirmó que su aerostato reunía información científica y que se desvió por accidente hacia el territorio estadunidense.
En cuanto a Taiwán, Qin afirmó que su gobierno “seguirá mostrando la mayor sinceridad y haciendo los máximos esfuerzos para lograr la reunificación pacífica, pero se reservará la opción de adoptar todas las medidas necesarias”, y añadió que si Washington de verdad quiere un estrecho de Taiwán tranquilo y estable, deberá acatar los compromisos políticos que contrajo con Pekín, y oponerse explícitamente a la “independencia de Taiwán”.
Ucrania, “tragedia que se pudo evitar”
Al calificar la guerra en Ucrania de “tragedia que hubiera podido evitarse”, Qin comentó que “en esencia se trata del gran estallido de las contradicciones en la gobernanza de la seguridad de Europa. China siempre ha formado su juicio de forma independiente, según lo justo y lo erróneo de cada asunto”.
Entre la paz y la guerra, “Pekín apuesta por la paz; entre el diálogo y la sanción, por el diálogo; entre la desescalada de hostilidades y la incitación, por la desescalada”, afirmó el jefe de la diplomacia china.
Al precisar que los esfuerzos a favor de las conversaciones por la paz han sido socavados una y otra vez, el funcionario indicó que, al parecer, hay “una mano invisible” que incita a la prolongación y la escalada del conflicto, en un intento de someter la crisis de Ucrania al servicio de cierta pretensión geopolítica.
“La sanción y la presión, en nada contribuyen a la solución de los problemas, lo que se necesita ahora es la calma, la razón y el diálogo”, subrayó Qin, al resaltar que “es imperativo iniciar el proceso de conversaciones de paz tan pronto como sea posible”.
“Nuestro país no ha proporcionado armas a ninguna de las partes del conflicto de Ucrania. Tampoco provocó esta crisis ni está involucrada”, destacó el diplomático, al recordar que China publicó un documento con 12 propuestas para poner fin a la guerra, incluidos el respeto a la soberanía de todos los países, la renuncia a la mentalidad de guerra fría, el alto el fuego y el comienzo de negociaciones de paz.
(Xinhua, AFP y Reuters)