Después que la Fed aplazó el alza de tasas, la atención en los mercados se centrará en el desempeño de China y los demás mercados emergentes, por lo que la moneda mexicana puede ser presa de estos choques externos y hacer que el dólar regrese a niveles de 17 pesos.
Por Israel Pantaléon y Arturo Solís
China se convirtió, aunque sea indirectamente, en el nuevo ‘enemigo’ del peso mexicano. Con las decisiones de política monetaria estadounidense sujetas al contexto global, el tipo de cambio podría ser más vulnerable a la salud económica del dragón asiático.
El pasado 17 de septiembre, la Reserva Federal (Fed) decidió mantener las tasas de interés en mínimos históricos de 0.0 y 0.25%, pese a que la economía estadounidense mostró mejoras en los últimos meses en empleo y el crecimiento.
El único indicador que sigue preocupando al Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Fed es la baja inflación, que tuvo un avance de sólo 0.2% en agosto.
Pero el mayor obstáculo para subir las tasas está en el exterior, específicamente en China.
En marzo, las autoridades chinas anunciaron una meta de crecimiento de cerca de 7% por debajo de la meta de 7.5%, incumplida en 2014, mientras que en junio la Bolsa de Shanghai cayó casi un tercio de su valor, con pérdidas cercanas a 4 billones de dólares en el mercado accionario.
Además, si la actividad en China mantiene resultados negativos desembocaría en una caída de los commodities, que generaría volatilidad no sólo al peso, sino también en las monedas emergentes, advierte el economista de Santander, Rafael Camarena.
El tipo de cambio llegará a 17 pesos por dólar si el sector externo sigue muy golpeado, según el subdirector de Análisis Económico Nacional de Banorte-Ixe, Alejandro Cervantes. “Si China continúa desacelerándose, podríamos observar esos niveles en el tipo de cambio.”
El peso cerró la semana pasada con su mayor apreciación semanal en tres meses, avanzando 1.16% o 19.5 centavos y cotizando alrededor de 16.64 pesos por dólar, ante un relajamiento de la especulación relacionada con la política monetaria de Estados Unidos, de acuerdo con un análisis de Banco Base.
En el muy corto plazo, la expectativa de un peso débil será menor, pero con la posible alza de Fed –que vigilará el panorama global antes de tomar una decisión– habrá nuevos escenarios de volatilidad para la moneda mexicana, expresa Camarena. “No necesariamente esta decisión de la Fed implica menor volatilidad (para el peso); lo está haciendo depender más de eventos globales.”
China, principal riesgo
Durante su conferencia de prensa el 17 de septiembre, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, reconoció que el entorno global, especialmente China y los mercados emergentes, orilló a la Fed a esperar más para cambiar su política monetaria.
“Nuestro balance de riesgos no se ha ido sólo hacia China, sino que los demás riesgos de los emergentes pueden salpicar a Estados Unidos”, dijo Yellen en la conferencia.
La desaceleración de China y la contracción de otras economías emergentes y sus problemas estructurales son elementos que tomó en cuenta el banco central de Estados Unidos, señala Pablo Goldberg, administrador de Portafolios para Deuda de Mercados Emergentes en BlackRock.
“Lo difícil es interpretar lo que está pasando en China, qué tan rápido se está desacelerando”, agregó en conferencia telefónica.
Para Alejandro Cervantes, de Banorte-Ixe, la decisión tomada por la Reserva Federal se traduce en certidumbre para las economías emergentes, y representa una apreciación momentánea para el peso.
Sin embargo, cuando los participantes del mercado realmente perciban el retraso de la Fed, lo único que vendrá será más incertidumbre, por lo que la divisa mexicana seguirá depreciándose, advirtió.
Alza de tasas, ¿hasta diciembre?
Octubre podría ser un “buen momento” para subir las tasas de interés, dijo Janet Yellen, titular del banco central de Estados Unidos, durante su conferencia de prensa. Pero los analistas consideran que la decisión se puede demorar hasta diciembre.
Para Rafael Camarena, de Santander, el alza de tasas de 0.25 puntos base llegará hasta diciembre. Pero eso dependerá mucho de Estados Unidos y sus logros en la actividad económica y el empleo.
Alejandro Cervantes, de Banorte-Ixe, coincide en que la Fed subirá su tasa en 25 puntos base hasta diciembre de 2015, pues, al mantener su decisión, lo único que hizo la Fed fue comprar tiempo, debido a que debe observar el comportamiento de factores externos, además de cuestiones internas como la baja inflación en Estados Unidos.
En el mismo sentido coincidió en conferencia Rick Rieder, jefe de Renta Fija en Blackrock, pues sería “difícil” para Yellen y la Fed hacer el movimiento en octubre.
Además, a la Fed lo que le preocupa es la inflación, enfocada en el comportamiento de materias primas y energía, recuerda Camarena.
El Departamento de Trabajo estadounidense informó que su índice de precios al consumidor cayó 0.1%, la primera baja desde enero, tras subir 0.1% en julio. En los 12 meses a agosto, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió 0.2%, tras un avance similar en julio.
Por ello, la Reserva Federal busca tener mayor certeza de que la inflación vaya a mantenerse en niveles bajos por más tiempo, que descienda o que repunte a niveles deseados.
“Mientras la Fed no vea eso, probablemente no decida cambiar su tasa”, explica Camarena.
El futuro del peso
Del 11 de junio de 2014 al 11 de septiembre de 2015, el peso mexicano ha sido la quinta moneda que más ha perdido frente al dólar, producto de la volatilidad por la inminente alza de tasas en EU.
En ese periodo, la moneda se depreció 22.7%, sólo por detrás del real brasileño (-42.4%), la corona noruega (-26.4%), el dólar neozelandés (-26.1%) y el dólar australiano (-24.5%), de acuerdo con datos recabados por llamadinero.com, del analista financiero José Miguel Moreno.
En el mejor escenario para la moneda mexicana, el economista de Santander estima que el dólar cierre 2015 en 16.50 pesos y para el próximo año con una variación promedio entre 16 y 16.50. Sólo si hay mejoría en la actividad económica y un panorama de mayor certidumbre de la política monetaria, el dólar cerraría 2016 en 15.90 pesos.
Por otro lado, el economista de Banorte considera que si el peso sufre una depreciación abrupta por choques externos asociados a China y la volatilidad generada en los mercados por la decisión de la Resera Federal, esta alza de tasas desencadenaría que el Banco de México mantuviera las subastas de dólares, que comenzaron en marzo, y las extendiera hasta octubre.
No obstante, si este mecanismo no ayuda a controlar el tipo de cambio es posible que el banco central mexicano se pueda adelantar a la Fed, proyectó Cervantes.
Finamex consideró en un análisis que Banxico se mantendrá en línea y esperará a la Fed antes de mover tasas, pero reconoció que “el nivel de tipo de cambio y el riesgo para la inflación podrían incrementar la posibilidad de que se adelante o acelere su ritmo de alzas”.
La semana pasada, el peso tuvo un respiro después de meses de volatilidad, pero esta calma puede preceder a una nueva tormenta, esta vez cortesía del dragón chino.
Fuente: Forbes