China devalúa el yuan para impulsar exportaciones

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En un sólo día, la moneda cayó casi 2% frente al dólar. La mayor fluctuación del tipo de cambio desde 2005.

El Banco Central de China devaluó este martes el yuan, que cayó casi 2% frente al dólar, para reactivar la economía impulsando las exportaciones. Se trata de la mayor fluctuación del tipo de cambio desde 2005, cuando las autoridades crearon el sistema vigente de cotización de la moneda, también llamada renminbi (“moneda del pueblo”). En un día, el dólar pasó de 6,2096 a 6,3195 yuanes.

Pekín mantiene un fuerte control sobre la fluctuación de su moneda para evitar que “capitales golondrinas” (inversores que entran y salen abruptamente del mercado) representen riesgos financieros. En los últimos meses se especula con la posibilidad de que China amplíe la banda de flotación del yuan y permita que su valor opere un 2% por encima o por debajo del tipo de cambio de referencia.

Apuntalar las exportaciones

Hace tiempo que Estados Unidos protesta por el bajo valor del yuan, que hace extremadamente competitivas a las exportaciones chinas y encarece la venta en China de productos de otros países. Dos efectos perjudiciales para la industria en los países a los que los productos chinos llegan con precios imposibles de mejorar.

Tal vez por eso el Banco Central chino evitó pronunciar expresamente la palabra “devaluación” y comunicó que los cambios eran simplemente “una nueva forma” de calcular la banda de flotación de la moneda. El objetivo de la no pronunciada devaluación es claro: la economía china creció en 2014 un 7,4%. Aunque parezca mucho es su peor evolución en 25 años. Para el primer semestre de 105, el crecimiento interanual fue aún menor: 7%.

Si bien el yuan más barato ayudará a las exportaciones chinas, y por tanto al PBI, también es cierto que las autoridades chinas tienen un límite para seguir bajándolo. Una devaluación pronunciada podría hacer que los inversores extranjeros saquen sus capitales de China por miedo a que se hunda el valor de sus activos.

Fuente: El Clarín

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