Si no levanta el veto declarado en el 2017, más de 100 millones de toneladas a reciclar se acumularán en distintos países.
China ha sido durante años el basurero mundial de plástico, revela un estudio de investigadores universitarios estadounidenses publicado en la revista Science Advances. Millones de toneladas de botellas de agua, yogures, contenedores de pasta instantánea y otros innumerables envases de plástico llegaron a China para ser reciclados allí desde los años 1980.
Sin embargo, la prohibición de Pekín en 2017 de importar residuos no industriales ha cambiado esta práctica. Ahora, el plástico, otrora destinado a las plantas de reciclaje chinas, va a los vertederos, mientras que el Estado chino toma medidas contra los residuos que se dirigen hacia sus fronteras.
Pekín no soportó un aumento del 800 %
El estudio universitario, publicado este 20 de junio, estima el impacto económico y ambiental de esta decisión. Así, los analistas han calculado cuántos desperdicios de plástico procesó China en los 28 años previos al veto y cuál es el exceso de plástico que deberá redistribuir el resto del mundo si la prohibición se mantiene.
Solo en el 2016, China recibió 7,35 millones de toneladas de desechos destinados al reciclaje (más de la mitad de la cifra mundial total) provenientes de 43 países. Desde 1992, China y Hong Kong (que hasta 1997 era una colonia británica) recibieron un 72,4 % de toda la basura plástica reciclada del mundo. Mientras tanto, el tonelaje total mundial experimentó un aumento superior al 800 % desde 1988 hasta 2016.
La infografía de Science Advances revela que incluso algunos países de América Latina, como México, Chile, Ecuador y Uruguay, mandaban sus desechos plásticos a China. La lista de exportadores estaba liderada por Estados Unidos, y el estudio pronostica que la ‘producción’ de esta clase de desechos en los países desarrollados continúe aumentando en el futuro.
Posible redirección
Sin China para reciclar estos volúmenes, 111 millones de toneladas se acumularán para el año 2030, estiman los expertos. De momento, los países que producen estos desechos —gran parte de ellos, desarrollados— no saben con exactitud adónde van a ir.
Otros países del este de Asia se encargan ahora del reciclaje de plástico que China rechaza, pero están mal equipados para procesar tanta basura, afirma el portal ambientalista Earther, el primero en comentar estos datos estadísticos. El movimiento por prescindir de las bolsas de plástico en el comercio es “una gota en el cubo” que representan las estadísticas generales.
Cada vez más plástico se desvía a los vertederos, pero el mayor de ellos es extraterritorial: es la Gran Mancha de Basura en el Pacífico, islas de desechos que se han formado incluso en aguas del alto Ártico.
Todos estos datos demuestran el peligro de confiar en el mercado para manejar el reciclaje. La investigación pide que los países asuman una mayor responsabilidad sobre sus propios plásticos y recomienda a aquellos que los importan que apliquen un impuesto para ayudar a mejorar la gestión y la infraestructura de desechos.
Fuente: RT