Un grupo de 88 de los 155 constituyentes electos en Chile suscribieron un documento para exigir al gobierno piñerista no reprimir y permitir las manifestaciones ciudadanas el próximo domingo, cuando se realice la instalación y primera sesión de la histórica Convención Constitucional que terminará con el texto heredado de la dictadura pinochetista.
“Demandamos que no se dispongan anillos de seguridad alrededor del ex Congreso y que no se desplieguen fuerzas especiales de carabineros durante ese día, a fin de permitir –dentro de un marco de autocuidado y resguardo de medidas sanitarias– la manifestación social y popular, que es la que dio pie a este proceso constituyente”, señalaron en el texto. En éste desafían, confrontan y desestiman decisiones gubernamentales acerca del inicio y funcionamiento de la Convención, y acusan que se busca invadir la autonomía del órgano.
La inauguración, “un hito histórico para los pueblos”, se efectuará en la que fue sede del Congreso Nacional en Santiago hasta el golpe militar de 1973, en el centro cívico de la capital. Organizaciones sociales y asambleas territoriales han convocado a la ciudadanía a asistir, con marchas y manifestaciones.
El objetivo del documento es “afirmar nuestra autonomía para definir aspectos centrales de la instalación y quehacer inmediato de la Convención, cuestiones que hasta ese momento se estaban efectuando a puertas cerradas y de manera inconsulta por parte del Ejecutivo”.
Acusan irrespeto a los pueblos originarios porque se les negaron condiciones que solicitaron, “demostrando incapacidad de diálogo intercultural y desconociendo derechos que están reconocidos internacionalmente para los pueblos indígenas”.
La queja se refiere a que varios de los 17 convencionales de los pueblos originarios (mapuche, aymara, quechua, diaguita, likan antai, rapa nui, kawesqar, chango, yagán y colla), pidieron cumplir ritos ancestrales en sus lenguas y espiritualidad, propias de ceremonias trascendentes como la del domingo.
Los delegados reclaman financiamiento que permita el trabajo respecto a la tarea encomendada, “con énfasis en el proceso de participación ciudadana descentralizada” e información transparente y pública respecto al presupuesto general, los gastos considerados y las licitaciones en curso.
Ceremonia y minuto de silencio
La declaración señala que la historia de Chile se caracteriza por la violencia y la exclusión, por lo cual es “imprescindible inaugurar esta Convención con un reconocimiento público a la diversidad de pueblos que nos conforman y al sufrimiento que hemos experimentado, como un gesto necesario en el largo camino hacia la reparación de esas violencias históricas”.
Por lo tanto, afirman, se guardará un minuto de silencio precedido por la lectura del siguiente texto: “Llamamos a un minuto de silencio por los pueblos originarios violentados, expoliados y excluidos por la invasión del imperio español y el Estado de Chile; por los luchadores y luchadoras sociales perseguidas, torturadas, violentadas política y sexualmente, exiliadas, asesinadas y hechas desaparecer a lo largo de nuestra historia; por la infancia popular que ha sufrido el infierno del Sename (Servicio Nacional de Menores); por quienes fueron heridos, sometidos a vejámenes, muertos y mutilados por la represión estatal desplegada contra la revuelta social que posibilitó el proceso que se inicia hoy. Y por las decenas de miles de personas muertas durante la gestión de esta pandemia de Covid que nos atormenta”.
La aceptación del cargo será individual, iniciando con los escaños reservados a pueblos originarios. La frase de aceptación es de contenido individual, con una extensión no mayor a 20 segundos. Los pueblos originarios podrán realizarla en sus propias lenguas.
Obviamente, el presidente Sebastián Piñera brillará por su ausencia, no está invitado y él se autoexcluyó.
Fuente: AFP