Los chilenos rechazaron categóricamente una nueva Constitución en el plebiscito del domingo, dando un fuerte golpe a una campaña de tres años para reformar el sistema político y moderar las reglas de libre mercado que convirtieron al país en un favorito de los inversionistas.
Con un 95% de los votos escrutados, un 62% votó a favor de rechazar la Constitución redactada por una convención constituyente, y un 37% votó por su aprobación. Es probable que los mercados chilenos abran al alza el lunes, aun cuando las encuestas habían anticipado que seguirían en pie las actuales leyes promercado.
La votación estaba destinada a ser la culminación de un movimiento que comenzó con protestas masivas contra la desigualdad a fines de 2019. En cambio, es la primera gran derrota de ese proceso y un golpe para el presidente Gabriel Boric, de 36 años, quien confiaba en la nueva carta para ayudar a reformar el sistema tributario, de pensiones y laboral, impulsar los servicios sociales y reducir la desigualdad. La constitución actual se remonta a la dictadura militar de Augusto Pinochet.
“Es una derrota política, ideológica y estratégica muy significativa para el presidente Boric”, dijo Mauricio Morales, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Talca en Chile. “Esta derrota traería como consecuencia una fractura inevitable dentro de la coalición de Gobierno”.
Hace tan solo 16 meses, candidatos de izquierda y activistas ambientales dominaron la elección de la Convención Constitucional. Luego, en diciembre, los chilenos eligieron a su presidente más izquierdista en cincuenta años, manteniendo el empuje por el cambio. Ese impulso ahora se desvanece.
Fuente: Bloomberg