Los cinco estados menos pacíficos del país son: Guerrero, Morelos, Sinaloa, Michoacán, Guanajuato, Tamaulipas y Chihuahua, según el “Índice de Paz México 2015”, elaborado por el Institute for Economics and Peace (IEP, por sus siglas en inglés).
Según el informe, hay una mejora de 16% en el nivel de paz de México desde 2011; sin embargo, en 2014 hubo muy poca mejora, sólo 0.7%. Por ello, es pronto aún para determinar si se trata de una nueva tendencia.
Para establecer el índice de paz, el Instituto toma en cuenta siete variables: la tasa de homicidios, delitos con violencia, delitos cometidos con armas de fuego, encarcelamiento, tasa de financiamiento de las fuerzas policiales, incidencia de delitos de delincuencia organizada y eficiencia del sistema judicial.
A partir de ahí se hace una ponderación y promedio, y se establece una calificación del 1 al 5, que asciende conforme el índice de paz se ve más deteriorado.
Los estados con los niveles más altos de paz son: Hidalgo, seguido por Yucatán, Querétaro, Campeche, Tlaxcala y Chiapas, en tanto que los cinco menos pacíficos son: Guerrero, Morelos, Sinaloa, Michoacán y Guanajuato.
En el ámbito regional, en el estudio se encontró que el sureste de México es la más pacífica, mientras que la región del norte es la más violenta.
Los indicadores que registraron las mayores mejoras en 2013 y 2014 son las tasas de homicidios, delitos con violencia y delincuencia organizada. Las tasas de homicidios mejoraron 30% y las bajas más grandes ocurrieron en los estados de Durango, Colima y Chihuahua.
Las estadísticas sobre la delincuencia organizada mejoró 25% ya que hubo una considerable reducción de la tasa de delitos con violencia: 12%.
El aumento registrado en el nivel de paz fue generalizado. Desde 2012, 26 de los 32 estados experimentaron mejoras, en tanto que en 23 estados se redujo la tasa de homicidios.
Las mejoras más notorias ocurrieron en los estados menos pacíficos; a la inversa de la tendencia general, los estados más pacíficos se volvieron ligeramente menos pacíficos. Estas tendencias divergentes generaron una reducción importante de la brecha entre los estados menos pacíficos y los más pacíficos.