Chávez y Fidel, una alianza histórica

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Con la muerte de Hugo Chávez, también Cuba ha perdido al gran líder político que añoraba tras la lenta desaparición pública de Fidel Castro. Admirador confeso y amigo íntimo del revolucionario cubano, el venezolano fue la persona que mejor encarnó las ideas de Castro en las últimas décadas en toda América Latina.

Chávez se encargó no sólo de socorrer con petróleo a la atribulada Cuba de las penurias económicas, sino también de insuflar aire fresco a las ideas políticas de Fidel. Si Castro fue para Chávez el gran modelo a seguir, también Chávez fue para Castro su heredero ideal en las tribunas del subcontinente.

“Para mi hermano Chávez, campeón olímpico de nuevas ideas socialistas”, le escribió el ex presidente cubano al venezolano en la dedicatoria de un libro que le regaló en 2006 en La Habana. “Fidel siempre ha sido un Quijote (…), pero un Quijote victorioso, invencible”, decía por su parte Chávez sobre su “amigo” y “mentor”.

Ambos se conocieron hace más de 18 años. En 1994, tras salir de prisión por el fallido golpe de Estado de dos años atrás, Chávez viajó directamente a La Habana a buscar consejo para su futuro político. Tenía previsto, además, pedir una entrevista para conocer en persona a su ídolo. Castro, recuerdan testigos, se presentó sin embargo por sorpresa en el aeropuerto para recibir él mismo al entonces desconocido militar venezolano.

Con su fino olfato político, el revolucionario cubano había reconocido temprano al futuro líder de masas. “Esperé a Chávez en el aeropuerto, lo conduje al lugar de su hospedaje y conversé con él durante horas, intercambiando ideas”, recordó el propio Castro en una carta sobre el presidente venezolano, teñida ya de pesar por la inminente muerte de su discípulo.

No sólo los ideales de izquierda unían a ambos, sino también su particular estilo de hacer política. Tanto Castro como Chávez construyeron aparatos de gobierno modelados en torno a su persona. Y los dos eran ídolos de masas consumados, que encadilaban a su público desde la gran tribuna.

Brillante, agudo y carismático Fidel Castro, contundente, directo y lenguaraz Hugo Chávez. De su mentor heredó el venezolano términos como el del “imperio” para fustigar a Estados Unidos, y a Castro se refirió también a menudo para enarbolar la bandera de la emancipación en América Latina.

Si el libertador venezolano Simón Bolívar es la figura histórica que representa por excelencia el proyecto socialista de Chávez, Fidel Castro es posiblemente el líder político vivo al que más ha elogiado en sus discursos.

“El nombre de Chávez se conoce y se respeta en el mundo entero”, decía Castro en su última carta al vicepresidente venezolano, Nicolás Maduro. Son palabras que bien podían servir para describir también el papel en el que al propio ex presidente cubano le gustó verse durante décadas como líder de los movimientos emancipadores del Tercer Mundo.

Chávez fue la figura que sucedió a Fidel Castro como icono de la izquierda latinomericana cuando la imagen del cubano empezaba a desgastarse. “Lo quiero por sobre todas las cosas”, dijo sobre el venezolano a la agencia dpa en 2012 el astro del fútbol argentino Diego Maradona, admirador declarado de Castro.

Las visitas de famosos cautivados por las revoluciones latinoamericanas, reservadas en los 60 a Fidel Castro, también empezaron a llegar a Caracas a comienzos del siglo XXI. El cineasta Oliver Stone, el actor Sean Penn o el filósofo Noam Chomsky son o fueron algunos de los más conocidos admiradores de Chávez, así como en otra época lo eran Jean-Paul Sartre o Julio Cortázar del líder cubano.

La solidaridad de Chávez con Cuba no se limitó a las declaraciones públicas. Caracas apoya desde hace años a La Habana con unos 100 mil barriles de crudo diarios, vendidos en condiciones muy favorables a cambio de servicios médicos y educativos de la isla en los barrios más pobres de Caracas y otras ciudades venezolanas.

Cuba y Venezuela “son una sola nación”, dijo también en alguna ocasión Chávez, artífice del concepto de la “Venecuba” como corazón del bloque socialista latinoamericano.

Por eso, la evolución de la salud de Chávez fue seguida siempre con especial interés en la mayor de las Antillas. “Chávez está malito”, se podía oír en las calles de La Habana durante sus últimos días de vida, cuando los partes médicos apuntaban ya a lo peor.

Acostumbrados a que los detalles sobre la salud de Fidel Castro sean guardados como secreto de Estado, los cubanos comentaban con avidez lo poco que se conocía al final sobre la enfermedad de Chávez.

El gobierno de Raúl Castro garantizó al presidente venezolano siempre la máxima discreción para su tratamiento médico. Chávez se operó cuatro veces en la isla y la visitó en decenas de ocasiones para recibir quimioterapia y radioterapia.

En la época de sus primeras convalecencias en La Habana, el líder venezolano solía todavía contar las visitas que Castro le hacía para acompañarlo en el hospital. “Aquí viendo el juego con Fidel!”, escribió Chávez en su Twitter durante la Copa América de 2011.

Castro fue también el encargado de comunicarle en junio de 2011 que tenía cáncer. “Primero es la vida para un revolucionario, Chávez”, recordó el líder venezolano las palabras de Fidel, el día en el que lloró frente al espejo al conocer el diagnóstico. Y ahora que el cáncer le ganó definitivamente esa batalla a Chávez pese a los cuidados de la Cuba de Fidel, quedará también por ver cómo afectará ello al veterano revolucionario cubano a sus 86 años.

Fuente: DPA

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