Por Luis Javier Valero Flores
La amenaza es contundente, si aprueban la reforma fiscal, la maquiladora se irá de Juárez. Tan impactante anuncio lo hizo Claudia Troitiño González, presidenta de la Asociación de Maquiladoras Index Juárez, quien afirmó, además, que ya los esperan “con los brazos abiertos en Honduras, Guatemala, Brasil, China y el mismo Estados Unidos”. (Nota de Berenice Gaytán, El Diario de Juárez, 28/IX/13).
La dirigente empresarial sostiene que al menos 20 corporativos con plantas maquiladoras en Juárez, ya están en esa postura. Por su lado, el presidente nacional de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), Rodrigo Alpízar Vallejo, ratificó dicha información. Se regresarán a EU si aquí “no existen las condiciones para hacer negocio” y reafirmó lo sostenido por todas las autoridades, “con la mano en la cintura” se podrían ir.
Por supuesto que la propuesta de Peña Nieto tiene infinidad de aspectos criticables y otros no viables, pero la respuesta generalizada del mundo empresarial, en cuanto algunos de los aspectos afectan el nivel de utilidades, ha sido explosiva, con posturas extremas que llegan al grado de francamente mentir.
Las posturas empresariales ahora abordadas tienen como origen la pretensión de crear el IVA a las importaciones temporales de la industria maquiladora. Por alguna razón, no exponen tal modalidad, como la fuente de sus críticas y entonces se arriesgan a plantear situaciones que difícilmente se sostienen, como esa de que los corporativos norteamericanos, ante la reforma fiscal, optarían por regresarse a EU, “nada les costará mover sus operaciones a otros países”, dice la empresaria, pero si recordamos que el principal aliciente para establecerse en México no son las exenciones fiscales, sino el salvaje contraste salarial con los EU.
¿De veras se arriesgarán las empresas a regresarse a su país y pagar salarios de 5 dólares la hora, a cambio de los 8 dólares -aproximadamente- que pagan aquí por una jornada de 8 horas y en un entorno laboral en el que deducen prácticamente todas las prebendas a sus trabajadores?
Y el tremendismo hace presa de los detractores de la reforma fiscal en estos aspectos. Troitiño dice que están en riesgo 2 millones de empleos del sector, más de la mitad -53.8%- del sector manufacturero, “el 65 por ciento de las exportaciones no petroleras y el 40 por ciento de la IED nacional”.
¡Y sólo porque les están diciendo que paguen impuestos semejantes a los de sus países de origen!
No son los únicos. Convocante a una reunión para discutir los efectos de la homologación del IVA en la frontera, el diputado panista, Carlos Angulo dijo que la industria maquiladora pagará de ISR ¡Un 211% más!
“Será devastador”, dijo. (Ibídem).
A su vez, la directora general de la firma de outsourcing Readring, Irma Flores Ruiz, afirmó que podrían desaparecer fondos de ahorro, vales de despensa, bonos y otras; ponerse en riesgo prestaciones laborales por la reforma fiscal y que las empresas reducirán contrataciones, aumentarán los despidos y congelarán salarios. (Nota de Patricia Muñoz Ríos, La Jornada, 30/IX/13).
La reforma, dice, “pretende gravar el ciento por ciento de las prestaciones de los trabajadores” y generará un incremento sustancial en las nóminas de hasta un 30% sobre las mismas.
Sin embargo, en algunos aspectos pareciera tener razón, pues alertó sobre lo que parece ser una estratagema gubernamental consistente en que para sostener el seguro del desempleo, el gobierno propone disminuir del 5 al 3% el ahorro del trabajador en la subcuenta del fondo de vivienda y que el 2% restante se canalice a un fondo general “para de ahí sacar los recursos para el seguro de desempleo, lo que al final les va afectar a estas subcuentas”, dijo, de ahí que, en realidad, de ser cierta tal información, la promesa de Peña Nieto sólo signifique más exacciones para los trabajadores.
En otro apartado, en el que probablemente tenga razón es que al desaparecer el régimen especial para los pequeños y micro empresarios, “hará que desaparezcan miles de micronegocios que están en sobrevivencia y dan empleo a gran parte de la población económicamente activa”.
Con los días crece la sensación que la reforma fiscal propuesta fue elaborada para someterla a la negociación, y no precisamente con los sectores más desfavorecidos económicamente. Lástima.
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