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Independientemente de su trayectoria en la televisión, el cine y el teatro, de su profesional y entrañable persona, “Chabelo” representaba uno de los tantos cacicazgos de la TV mexicana, en este caso de los contenidos infantiles.
Como muchos otros niños, me levantaba temprano a las 7 am los domingos para encender el televisor y mirar “En Familia con Chabelo”. Me sentaba muy cerca del jorobado aparato, algo poco recomendable, alejado de la vigilancia parental. Fantaseaba con acudir al programa en Televisa San Ángel, ser seleccionado para participar en un concurso y ganar algún premio. Nunca ocurrió y me quedé con las ganas de unos chicles Motitas de Adams (ya no existen) o una avalancha Apache.
Xavier López Rodríguez “Chabelo” falleció a los 88 años de edad el 25 de marzo de 2023. Aunque miraba su programa, a la distancia lo veo distinto.
Independientemente de su trayectoria en la televisión, el cine y el teatro, de su profesional y entrañable persona, “Chabelo” representaba uno de los tantos cacicazgos de la TV mexicana, en este caso de los contenidos infantiles. Los otros cacicazgos icónicos que duraron décadas en la pantalla fueron Jacobo Zabludovsky en el periodismo, Raúl Velasco en los espectáculos o Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” en la comedia. Era otra época -oligopólica- de la televisión mexicana.
Estos personajes de la TV comercial de entonces eran reflejo de otros en el país, como el presidencialismo, el PRI, Emilio Azcárraga Milmo en los medios de comunicación o don Fidel Velázquez en el sindicalismo.
Durante 48 años Xavier López fue el conductor del programa infantil “En Familia con Chabelo”, transmitido por primera vez en 1968, uno de los programas de la TV más longevos. La emisión era en vivo y “Chabelo” sólo se ausentó en una ocasión, cuando falleció su padre.
El programa era muy popular entre los niños y las familias. Tenía juegos, concursos, entrevistas con celebridades y era habitual que “Chabelo” cantara al final. Su segmento más divertido y emocionante era el de la catafixia.
“Chabelo” se convirtió en un icono de la TV mexicana gracias a su personalidad alegre, amable y voz aniñada, su vestimenta con pantalones cortos y tirantes estilo tirolés, y frases famosas como “¡Aguas, que ahí viene Chabelo!” o “cuates”. Cuando algún niño perdía un concurso y se le notaba la frustración en el rostro, “Chabelo” salvaba la situación y le entregaba un premio al infante, que salía radiante de felicidad. Todos los concursantes ganaban algo, aunque fuera un premio de consolación.
El papel realmente destacado de “Chabelo” fue su influencia en la publicidad y el consumo entre los niños. Como conductor de “En Familia con Chabelo”, tuvo acceso a una gran audiencia de infantes y familias en hogares, lo que lo convirtió en un blanco atractivo para los anunciantes.
El modelo de negocio de “En Familia con Chabelo” era publicitario. El domingo en la mañana no es un buen horario en la TV, pero la genialidad de “Chabelo” consistió en diseñar un programa de entretenimiento familiar, un formato de concursos y hacerlo atractivo para los anunciantes.
Durante el programa se transmitían bloques de publicidad dirigidos principalmente a niños y sus padres, como los Muebles Troncoso. Promovía productos relevantes para esa audiencia como juguetes, comida, ropa y golosinas. Contaba con patrocinadores que invertían dinero a cambio de tener presencia en la pantalla, a través de anuncios o menciones especiales.
El plan comercial de “En Familia con Chabelo” estaba diseñado para maximizar la exposición de las marcas y productos, utilizando diferentes estrategias publicitarias como la integración de productos. Éstos eran mostrados y promocionados de manera natural y el principal anunciante era “Chabelo”.
La publicidad dirigida a niñas, niños y adolescentes es problemática porque son especialmente vulnerables a los mensajes publicitarios y pueden tener dificultades para distinguir entre las promociones, el contenido y el entretenimiento. Los niños pueden ser influenciados por los mensajes publicitarios y presionar a sus padres para que compren productos que aparecen en la TV.
Los anunciantes aprovecharon la popularidad de “Chabelo” para promocionar productos dirigidos a niños como juguetes, dulces, cereales, bebidas azucaradas y otros productos alimenticios. Los anuncios, las marcas y las menciones se integraban en el programa como parte del contenido.
No obstante su popularidad, “En Familia con Chabelo” recibió críticas por su contenido simple, superficial, orientado al consumismo, sin valor educativo o cultural para los niños. Los anunciantes explotaban la vulnerabilidad de los infantes y fomentaba hábitos de consumo poco saludables. También se cuestionó la longevidad tanto del programa, su formato y el propio “Chabelo”, por no dejar espacio para nuevas figuras y perspectivas en la televisión infantil, típico de los cacicazgos.
Los defensores de las audiencias, de los consumidores y los especialistas en salud pública han pedido una regulación más estricta de la publicidad dirigida a niños, para protegerlos de mensajes publicitarios engañosos y para promover hábitos de consumo saludables.
La publicidad dirigida a niños, niñas y adolescentes debe ser veraz, clara y no inducir a error; no debe utilizar lenguaje o imágenes que puedan confundir o incitarlos a comprar productos innecesarios. Además, los anuncios deben estar claramente identificados como publicidad.
La regulación internacional más importante sobre publicidad en TV y niños es la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado internacional adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, ratificado por México. El artículo 17 establece que los Estados parte deben proteger a los niños contra la publicidad y la información perjudiciales para su bienestar.
La Unión Europea ha establecido normas específicas sobre publicidad en TV dirigida a niños en la Directiva 2010/13/UE del Parlamento y del Consejo. Establece que la publicidad no debe incitar directamente a los niños a comprar un producto o servicio, explotar su falta de experiencia o credulidad o presentar situaciones peligrosas. La Ley de Comunicaciones de Estados Unidos define límites sobre la cantidad de tiempo de publicidad que puede transmitirse en programas infantiles.
En 2015 se anunció que “En Familia con Chabelo” saldría del aire y el último episodio se transmitió el 20 de diciembre de ese año. El programa tenía una producción costosa y había comenzado a perder rating y audiencia. Con la llegada de las plataformas de streaming y las redes sociales, la televisión y sus formatos tradicionales perdieron relevancia y popularidad entre las nuevas generaciones de espectadores, que ahora tienen un smartphone en la mano para entretenerse sin necesidad de desmañanarse en domingo.
Fuente: Proceso