El presidente Andrés Manuel López Obrador celebró que la Cámara de Diputados dio “un paso adelante” al aprobar la iniciativa que cancela la reforma educativa del 2013 y negó que con ello se otorgue el control de las plazas a los maestros.
“Qué bien que se avanzó en este terreno. Es un problema menos porque para mejorar la educación lo que se necesita es que se tome en cuenta a los maestros”, dijo en su conferencia matutina.
En Palacio Nacional, destacó que la mayoría de los diputados votaron ayer por la cancelación de la reforma, “menos los de un partido conservador”.
López Obrador aclaró que esa votación no significa que los sindicatos magisteriales sigan con el control para el reparto de las plazas.
“No. Los maestros no son corruptos, son gente buena, trabajadora, gente honesta”, dijo.
Luego, aclaro que “las plazas se tienen que entregar de acuerdo a los méritos”, pero pidió dar preferencia a los egresados de las escuelas normales rurales, que anteriormente dejaron de ser prioridad para el gobierno.
La prensa insistió en el riesgo de regresar el poder a los sindicatos, pero el tabasqueño no movió su posición:
“No va a haber venta de plazas, ni tráfico con las plazas. No va a haber charrismo sindical. No va a haber sindicatos protegidos por el gobierno. No se aceptan grupos de intereses creados. Esto es otra cosa, es un cambio por completo”.
El tabasqueño añadió que tampoco habrá “entrega de dinero a dirigentes para mantenerlos quietos, no va a haber maiceo, no habrá maíz con gorgojo, nada, nada. Y libertad completa, absoluta, quien no esté de acuerdo tiene todo el derecho de manifestarse sin reprensión”.
Incluso, afirmó que “no hay riesgo de que el sindicato meta mano porque se va a ajustar lo que se va a aprobar en las leyes secundarias” de la reforma.
Dictada desde el extranjero
Visiblemente contento, el mandatario federal consideró que la reforma del 2013 fue “parte de la agenda que se definió en el extranjero y se impuso durante el periodo neoliberal”, además de que fue impulsada por organismos financieros internacionales, así como las reformas fiscal, laboral y energética.
También criticó que el discurso usado entonces fue “para engañar y manipular el hecho de que con esa reforma iba a mejorar la calidad de la educación, cuando el propósito de fondo era avanzar en la privatización de la educación” y usarla como si fuera mercancía.
Además, comentó que pese a que “como nunca” se desprestigió a los maestros “no se obtuvo nada nuevo. Ahí están los exámenes, si se tratara de calidad de la enseñanza, no hubo avances”. Lo que se logró, añadió, fue afectar la dignidad de los maestros.
“Fue una campaña, la SEP se gastó dos mil millones de pesos al año de publicidad, usaron la fuerza pública, golpearon y hubo hasta personas que perdieron la vida”, recordó.
Fuente: Apro