La tragedia del martes 20 en Tultepec vuelve a traer a colación el tema de la seguridad y la reglamentación en torno a la fabricación y venta de pirotecnia. Antonio Macías, experto de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios, señala que no hay una ley adecuada en la materia sino una serie de normas obsoletas y poco rigurosas, además de burocracias e indolencia que impiden la materialización de cualquier iniciativa seria al respecto. Y esa falta, advierte, no es responsabilidad más que de un Estado al cual le ha faltado voluntad política para afrontar el problema.
Por Patricia Dávila/ Proceso
México tiene una legislación “insuficiente y escueta” tanto para la prevención de incendios como para la producción y manejo de fuegos artificiales.
Esta opinión la emite Antonio Macías, experto en regulación de pirotecnia y director para América Latina de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios (NFPA, organización fundada en Estados Unidos), quien en entrevista con Proceso explica:
“La falta de un reglamento extenso, detallado, comprensible, que tenga la capacidad de lograr niveles de seguridad adecuados en la producción, traslado y venta de fuegos artificiales ha sido falta de voluntad política del Estado mexicano. Tultepec es una fuente de trabajo muy importante para artesanos mexicanos que son reconocidos en el mundo; el problema es que no cuentan con la seguridad que deben tener. Lo que sucede en este tipo de lugares en realidad es responsabilidad de las autoridades”.
El experto muestra a la reportera un formato de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en el que se advierte lo fácil que es obtener un permiso para dedicarse a la compra, almacenamiento, venta y consumo de artificios pirotécnicos: basta con que el solicitante presente una constancia expedida por el gobierno municipal donde conste que cumple con los estándares de seguridad y ubicación para no ser un peligro para la comunidad.
Menciona también que en el reglamento del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia y en la Ley de Protección Civil no todo es correcto: “Hubo un tiempo en que los comerciantes estaban establecidos en casitas de madera… se tomaron algunas medidas, como separar los kioscos y construirlos de material (tabique), lo cual fue correcto, pero dejaron techos de lámina y eso no debe ser así, porque una vez que arranca (una conflagración) de una forma tan agresiva y violenta, se puede hacer muy poco para contenerla. Esto sólo se puede evitar con prevención.
“Nosotros conocemos a esta gente desde hace mucho, y al que no le falta un dedo le falta una mano o un ojo; así hay muchas personas en Tultepec, que en más de una ocasión han estado heridas. Aquí la pirotecnia es una tradición histórica y créame que son unos expertazos. Son gente cuyo trabajo es valorado internacionalmente, pero carecemos de las normas de seguridad adecuadas para protegerlos y ésta es la primera función del Estado: darle seguridad al pueblo.”
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2095 de Proceso, ya en circulación