Anuncia el Vaticano que el papa polaco será llevado a los altares junto con Juan XXIII y ambos serán declarados santos el 27 de abril en una ceremonia que podría reunir a dos pontífices vivientes para rendir homenaje a dos fallecidos.
El retirado pontífice Benedicto XVI podría acompañar al papa Francisco en la ceremonia de canonización de sus predecesores, informó el lunes el Vaticano.
“No hay motivo -doctrinal o institucional- por el que (Benedicto) no pueda participar en una ceremonia pública”, dijo el vocero del Vaticano, padre Federico Lombardi. Agregó que faltan meses para la ceremonia y que Benedicto XVI está en libertad de decidir qué hacer.
El prelado alemán, el primer pontífice que renuncia en 600 años, dijo que pasaría los últimos días de su vida “oculto del mundo” en el monasterio del Vaticano.
Pero recientemente escribió una carta a un ateo italiano que se publicó la semana pasada en el periódico La Repubblica, y se presentó junto con Francisco durante el verano en una ceremonia donde se develó una estatua en el Vaticano.
Francisco anunció en julio que canonizaría juntos a dos de los papas más influyentes del siglo XX, tras aprobar un milagro atribuido a la intercesión de Juan Pablo II y pasar por alto las reglas de la Santa Sede al decidir que Juan XXIII no necesitaba un segundo milagro para ser canonizado.
Los analistas opinaron que la decisión de canonizarlos juntos se proponía unificar la Iglesia, puesto que cada uno de ellos tiene sus admiradores y sus críticos. Francisco es admirador de ambos.
Los dos están identificados con el Concilio Vaticano II, la serie de reuniones de 1962-65 que modernizaron la Iglesia católica, en una indicación de que Francisco busca resaltar el papel que ese concilio tuvo para configurar la institución en la actualidad.
Un vocero de la conferencia de los obispos polacos, Jozef Kloch, afirmó que la canonización doble resaltará el hecho de que Juan Pablo II continuó las ideas introducidas por Juan XXIII, que convocó el concilio.
Originalmente se supuso que la canonización sería el 8 de diciembre. Pero los obispos de Polonia se quejaron de que esa fecha dificultaría a los peregrinos polacos el viaje al Vaticano en autobús en época de frío y nieve.
Por eso se eligió el primer domingo posterior a la Pascua. Fue en esa misma festividad -el domingo de la Divina Merced- cuando Juan Pablo II fue beatificado en el 2011, en una ceremonia que atrajo a un millón y medio de peregrinos a Roma.
Juan Pablo II consagró cardenal a Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco. La inmensa popularidad de Francisco también ha sido equiparada a la de Juan XXIII, apodado el “papa bueno”.
En México, el país de Latinoamérica más visitado por Juan Pablo II durante su pontificado, el anuncio de la fecha causó alegría en la Iglesia.
“Ciertamente es una gran alegría, porque me parece que pese a los años y a que el papa ya no está entre nosotros, el papa Juan Pablo II sigue muy presente en el corazón, en el aprecio, en el afecto de la gente”, dijo el padre Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis Primada de la Ciudad de México.
“Yo como sacerdote veo que los fieles le piden mucho y le rezan mucho”, añadió. Comentó que incluso antes de su beatificación había fieles mexicanos que le rendían culto.
Juan Pablo II visitó en cinco ocasiones México, un país donde los fieles le tenían una importante devoción. En el 2002, en su último viaje a este país, el papa canonizó a Juan Diego como el primer santo indígena en las Américas.
Fuente: AP
